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Cuando un matrimonio entre cooperativistas se cimenta en los principios y valores del cooperativismo y le pone además una gran dosis de amor, el resultado es de muchos años y magníficos frutos de unión conyugal. Y eso precisamente fue lo que disfrutamos el domingo pasado, cuando Rubén Quinzada y Eva Espino de Quinzada, fueron gratamente sorprendidos con una fiesta, por sus cuarenta años de matrimonio.
Y digo sorprendidos porque Evita, la hija, con la complicidad de sus hermanos Rubén y Luis, prepararon todo muy secretamente para que sólo parientes y muy íntimos amigos disfrutáramos una hermosa velada con mariachis, jocosas anécdotas, abundante comida y bebida, en un alegre ambiente. Se ha dicho que el amor es el principio, la razón y el fin de todas las acciones humanas.
Muchos años más de felicidad conyugal a mis compadres Rubén y Eva. Muchas gracias, Rubén, Eva y Luis; ustedes, como fruto de ese amor, no lo pudieron hacer mejor. Pero si el domingo fue extraordinario, el sábado anterior se inició un fin de semana pletórico de emociones.
Teniendo como fondo una fuerte brisa veraniega en Chigoré, en la ciudad de Penonomé, el Capítulo de Coclé de la Cooperativa Nacional de Ahorro y Crédito de Jubilados y Pensionados, R.L. (COOPENALJUPEN) realizaba su ya tradicional convivio, en la presencia de asociados de los otros Capítulos de Chiriquí, Veraguas, Los Santos, Herrera y Panamá, uniendo así años de experiencia, felicidad por la vida y demostrar a otros cómo se puede lograr una mejor calidad en nuestro diario quehacer. En ese convivio, los miembros de la Junta Directiva del Capítulo de Coclé, sus asociados y empleados demostraron el valor de la ayuda mutua.
El magnífico programa preparado constituyó todo un éxito. Un buen desayuno, un juego de béisbol con muy interesantes alternativas, un suculento almuerzo, bingo, bebidas y baile, nos brindaron un día feliz y algunas libras de más. Después del correspondiente ejercicio para rebajarlas, �qué vuelva a repetirse! |
