Cáncer de pulmón: una enfermedad de impacto mundial
Redacción
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En Panamá, 341 personas se detectan anualmente con cáncer de pulmón y fallecen un promedio de 330. Este tumor ocupa el segundo lugar en padecimiento entre los hombres panameños y el quinto entre las mujeres del país.
Un tumor de pulmón puede desarrollarse tanto en individuos con algún(os) factor(es) de riesgo, como en aquellos que no tienen. Estos factores incrementan la probabilidad de presentar la enfermedad.
Fumar desde cigarrillos hasta pipas o puros, es considerado el factor de riesgo primordial del cáncer de pulmón. “Entre más tiempo fume la persona y más paquetes consuma a diario, mayor será la posibilidad de padecer la enfermedad”, destacó el Dr. Ricardo Montenegro, Director Médico de Roche. “Incluso, convivir con un individuo que fume –ser fumador pasivo-, incrementa de un 20% a 30% la probabilidad de sufrir este tumor”.
Aspectos como inhalar gas radón, exponerse al asbesto y a diversas sustancias químicas o productos de combustión de diésel, la contaminación ambiental, haber recibido radioterapia en los pulmones, edad avanzada y contar con antecedentes personales o familiares, también influyen en el desarrollo de este padecimiento. (Ver recuadro: “El cáncer de pulmón en números”).
La mejor forma para reducir las probabilidades de un tumor de pulmón es tomar acciones preventivas ante los factores controlables como: evitar el fumado y la exposición al humo del tabaco o a diversos químicos, alimentarse sanamente –con frutas y vegetales- y practicar ejercicio.
Señales de alerta
Por lo general, los síntomas de cáncer de pulmón aparecen cuando éste se encuentra en una etapa avanzada y suelen ser confundidos con los de otros padecimientos. Entre las señales de esta enfermedad sobresalen: tos constante, dolor y silbido en el pecho, dificultad para respirar, sangrado al toser y neumonía o bronquitis recurrente. También se destacan la ronquera y la pérdida de peso y apetito.
“La mayoría de los tumores de pulmón son diagnosticados en estado avanzado. Por ello, se debe poner atención inmediata a los síntomas y recurrir al médico, en caso la persona presente alguno(s) de esos signos de forma reiterada”, indicó el Dr. Montenegro. “Gracias a esta visita, puede que el cáncer se detecte en una fase temprana”.
“El proceso de diagnóstico de un tumor de pulmón implica desde un historial clínico, para analizar los factores de riesgo, síntomas y otras enfermedades del paciente, hasta estudios por imágenes como: la radiografía de tórax -primera en realizarse-, tomografía computarizada y resonancia magnética. Además, contempla biopsias, exámenes de células en microscopio, entre otros procedimientos”, continuó el especialista.
El Día Internacional del Cáncer de Pulmón se llevará a cabo el próximo domingo 17 de noviembre, con el propósito de educar a la población sobre este tipo de tumor y crear conciencia de la importancia de un diagnóstico oportuno.
Tratamientos
“Los tumores de pulmón inician en el tejido de dicho órgano; por lo general, en las células que revisten las vías respiratorias. Se clasifican principalmente en dos tipos: de células pequeñas y de células no pequeñas; estos últimos constituyen entre el 85% y 90% de los casos diagnosticados”, aseveró el Dr. Montenegro. “También existen los carcinoides de pulmón, linfomas y sarcomas, que son menos frecuentes”.
“La asignación del tratamiento depende de una serie de factores, que el grupo médico analiza de previo, como: qué clase de cáncer es, tamaño, lugar y etapa en la que se encuentra; estado de salud del paciente, probabilidades de curación o prolongación de la vida y de alivio de los síntomas. La edad, por sí sola, no es una barrera”, precisó el Dr. Montenegro.
Los tumores de células pequeñas y no pequeñas se combaten de forma diferente; sin embargo, para ambos tipos se utiliza la quimioterapia, radioterapia o cirugía (método para casos específicos y cuando el cáncer está en etapa temprana). Asimismo, los de células no pequeñas pueden ser tratados con procedimientos locales -terapias fotodinámicas o cirugías láser- y con terapias dirigidas. Los tratamientos son personalizados y se emplean solos o combinados.
Para los cánceres de pulmón de células no pequeñas, la farmacéutica Roche desarrolló dos tipos de terapias dirigidas: Avastin® (bevacizumab) y Tarceva® (erlotinib); ambas de prescripción médica.
Avastin es un anticuerpo monoclonal de uso endovenoso, que impide el crecimiento de los vasos sanguíneos que nutren al cáncer. Se utiliza en tumores pulmonares de células no pequeñas en etapa avanzada, metastásicos o en recaída. Su efecto, en la reducción del tamaño del cáncer, depende del grado de progresión de la enfermedad.
Es un medicamento biotecnológico, que se administra cada 21 días. Asimismo, incrementa el índice de sobrevida global de los pacientes hasta en 23 meses.
Por su parte, Tarceva es un fármaco oral, que bloquea a ciertas proteínas responsables del crecimiento de las células tumorales en el mismo cáncer o a distancia. Se emplea en pacientes con tumor de pulmón de células no pequeñas localmente avanzado o metastásico. Sus efectos secundarios son diferentes a los de la quimioterapia; actualmente considerada la terapia base para el tratamiento.
Tarceva prolonga la expectativa de vida de los pacientes a 27 meses aproximadamente, en comparación con los nueve meses que brinda la quimioterapia.