Chico o grande

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Chico o grande

Soy un hombre maduro, estoy alrededor de los 50, y estoy en un verdadero dilema porque tengo dos hembras, una pelaíta de 19 y otra de 26 con dos niños. Las dos están bien buenas y me persiguen como abejas a la miel, porque tengo un buen trozo; aunque no me lo creo porque soy comerciante y siempre tengo dinero para darles el gusto en todo lo que pidan a las dos. Así que les doy las Dos "P", plata y pico parejo para las dos. Les puedo hacer el honor a una en la mañana y a la otra en la noche. Vivo solo, pero les pago casa a las dos.

Pelea de espadas

Siempre he sido un machazo, pero en una ponchera reciente quedé de mujer de un moreno bien dotado que le entra a todo. Le di y me dio, fue una experiencia sucia y excitante que me tiene indeciso. Aunque lo que estoy pensando es quedarme con los tres. Nunca me iba a imaginar que soy bisexual y que me encantan los dos mundos. Esa experiencia abrió todos mis sentidos a experimentar cosas nuevas. Por supuesto, tengo que guardar las apariencias y no quiero que la gente se entere de lo que estoy haciendo, así que mantengo el secreto.

La primera vez

Durante mis correrías sexuales me tiré a una guial que tuve que dedicarle tiempo, dinero y mucha saliva para irle aflojando el chiquilín. No hay nada más difícil de convencer a una hembra que se deje ametrallarla a traición, por la espalda. Ellas no entienden que eso cabe ahí, y que no les va a doler, lo que es mentira, porque duele más o duele menos, pero duele. Yo quedé una semana de no poder hacer la mayor porque me dolía mucho. Con mucho guaro y bastante lengua logré soltar la resistencia y no les voy a decir que entre facilito, pero la oposición fue muy suave, ella estaba lista para recibirme. Lo más importante es poner a la mujer muy arrecha que se le moje la moñona, eso es lo primero porque así se le afloja todo, y las 8 pulgadas entran y encajan perfectamente. A las hembras rapidito termina por gustarles usar la segunda puerta y el sexo anal es una buena y satisfactoria opción en la cama entre adultos.

Chiquito de mujer

Ahora me pongo a pensar que siempre tuve mis caídas porque hembra que me cogía, hembra que le rompí el moradito. Y comenzaba por delante y terminaba enyardándolas por atrás. De muy joven me gustaba que una novia me relamiera el chimbilín, aunque nunca llegué a comer lo que repartí a cuanta hembra se dejó que le bajara el panti. Mirar hombres y pornografía gay es otra de mis aficiones, así que supongo que hice lo que vi en esas pelis gay donde siempre hay mariquitas comiéndose a esos “big manes”. Enormes trolos y negros o cholos con un kilómetro de pene.

Respuesta

Hay muchas teorías que respaldan tus experiencias bisexuales. Muchos manes tienen esas tendencias que reprimen siempre, aunque varios sucumben a su lujuria y terminan comiendo rabo y bien grandes. Chau.

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