Grande y chillona

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Grande y chillona

No puedo evitar quejarme cuando la tengo adentro, me pongo tan excitada y arrecha que cuando siento la carne de mi marido haciendo desorden en mi hornito, no aguanto las ganas de quejarme. Mi marido se emputa porque le da vergüenza, ya que los vecinos hacen chistes de mis quejidos y me dicen la llorona y la "ayayay", porque todos se dan cuenta cuando me la mete, porque digo en ese momento: "ayayay".

La gozo a mil

Cuando me comienza a pataconear, la gozo a mil. Soy una mujer grande, pero mi coxo es pequeño y estrecho. Todos dicen que la mujer grande es quejosa y floja para el rejo, “hard sex”, y que no aguantamos nada. Quisiera que esos hp se aguantarán un coco entero saliéndose por sus traseros. Mi marido es un chombo grandote, practica béisbol y su miembro es enorme, que da miedo. Cuando ese machote me monta, siento que se me revuelven todos mis órganos internos. De hecho siempre ando adolorida, toda aporreada e inflamada, pero toda feliz.

Es cruel

Aunque tengo un tamañón, mi tamalito es pequeñito y muy sensible. Es como que la naturaleza sabe lo que hace, si fuera grandota y mi cortadiña grandota, pues tendría que buscarme a un elefante para que me llenara y diera satisfacción. En todo caso no han visto y menos soportado dentro a un chombo arrecho con los ojos en blanco y mugiendo como un semental.

Larguísimas y gruesas

Es algo que le mete los pelos pa' dentro a la mejor plantada y que se la tira de brava. Los chombos de dos metros son enormes, con esas pollas larguísimas y gruesas. Y qué me dicen cuando esas pelotas explotan, seguro producen como un litro de leche. Más que suficiente para hacerme los 5 pelaítos que parí. Mejor que me operé porque todavía estaría sacando bebés de la fábrica, a mi marido no hay nada que lo entusiasme más que tenerme montada y hasta la cacha, el muy salvaje no deja nada afuera, ni un centímetro, todo pa' dentro.

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