Me encantó

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Me encantó

Es muy blanca como la leche, tiene el cabello negro azabache y sus carnes íntimas son rosadas muy claras. Cuando me pongo a su lado, somos como el café y la leche, nuestros hijos salieron morenos y somos muy felices. Nuestra felicidad comienza en la cama, a diferencia de otros hombres casados que se masturban regularmente, a mí no me gusta tirar mi semen por el caño mientras recuerdo encuentros sexuales con antiguas novias. Yo se la echo toda a mi mujer porque somos amantes en toda la extensión del término.

Recargo rápido

Yo recargo rápido, y en 24 horas estoy que se me sale de lo lleno que tengo los testículos. Y es que solo tengo que mirarla junto a mí para que mi mente haga el trabajo de encender mi candela. Tengo una erección casi que instantánea al recordar nuestra primera vez, cuando la desnudé y le quité un panti negro, le abrí las piernas y puse mi boca en la boca del pozo y bebí toda su humedad y degusté su sabor a mar y sal. Su monte de Venus como una alfombra de pelos negros y muy suaves, sus labios menores rosados y suaves y el círculo de la entrada de su concha, solo tengo esa imagen clavada en mi mente y nunca se me olvidará cuando la penetré con todas mis ganas.

A la tumba

Esa sensación de deslizarme suavemente y sentir su humedad, su suavidad de hembra su calor y cuando miré hacia abajo y vi nuestras carnes unidas por el sexo. Yo dentro de ella, esa es una foto para siempre. A esas alturas del recuerdo tengo el nervio negro muy mojado y muy duro como un pedazo de madera de roble. Sentí que mi miembro se quería reventar y la sangre pugnaba por salirse de mis venas. Seguro que me llevo esa imagen a la tumba. Ella, mi mujer, está para chuparla toda. Y eso es lo que hago, me están saliendo pelos en la lengua de tanto bajar al pozo de la felicidad.

Juego previo

Antes de meterme en ella siempre le hago sexo oral para prepararla, eso nunca me falla, porque los preliminares son vitales para el buen sexo. Una mujer con la tota seca y sin excitar no disfruta de una tranca grande. Ahí no es solo el tamaño. Es necesario tener un juego previo a la penetración, eso es un valor agregado a la relación hombre-mujer. También suelo hacerle la paja y para eso uso mis dedos, lengua y boca. También le froto su almejita con la cabezota de mi miembro negro. Eso la arrebata y la hace que se ponga a empujar su pelvis hacia adelante simulando la penetración. Entre nosotros no solo hay buen sexo, nosotros hacemos el amor.

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