Nada igual
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Nada igual
Lo más rico es pararme de la cama luego de tener un polvo espectacular y sentir cómo me corre entre las piernas su crema, que me baja lentamente todavía caliente, eso me dispara y hace explotar mi mente, cuando lo pienso es suficiente para arrecharme al 100%. Soy una hembra muy femenina, lo mío son los hombres, eso lo supe siempre y por eso los colecciono.
Visto y pan comido
No puedo quejarme porque estoy más buena que pan caliente en la panadería, que todos quieren comérselo. No hay man que me vea y no quiera meterse en mí. Tengo pechos enormes y muy firmes con niples paraditos y rosados. Soy muy democrática y se lo doy a todos, no discrimino ni color ni tamaño, me gustan chicos o grandes eso no importa, lo importante es que estén duros y que no se corran rápido.
Gustos amplios
Sí, soy una fanática de la ponchera, veo un “man” que me gusta y se lo hago saber directamente y que me lo quiero comer. Los muy zoquetes se babean solo de ver mi jugoso y grandote clit, si es como un pene pequeño. Los pongo a usar sus lenguas como nunca antes lo habían hecho. Y es que todo polvo bueno comienza con un prolongado baño de gata. Quiero que les duela la lengua de tanto lamer y no se quejan porque ni panochita es hermosa y delicada lo que contrasta con la enorme mata de pelos de hembra que la corona. Me gusta a lo salvaje, tenerla bien peluda es lo mío.
Ametrállame
Cuando estoy que me quiere hablar y gritar, los obligo a que me atraviesen, quiero que la rompan, le encanta el maltrato, nada de suavecito y esas delicadezas. Para mi gusto, lo mejor es el sexo firme y duro, escandaloso, que traquee, que suene duro como se chocan nuestras pelvis, plac, plac, plac, alborotamos al barrio con mi escándalo, y es que cada vez que estoy cogiendo se entera toda la barriada y se forma la ponchera. Mis orgasmos son gritados, me gusta gritar cuando me vengo y si me vengo varias veces, grito como loca. Algunos amargados me mandan a callar, pero a todos los arrecho.