- 01/1/14 - 02:22 PM
El movimiento zapatista mexicano cumple 20 año
México
AP
En sus baluartes de las montañas de Chiapas cubiertas de niebla, miembros y simpatizantes del movimiento zapatista se reunieron para celebrar el 20mo aniversario del levantamiento de año nuevo que atrajo la atención mundial hacia los problemas de los empobrecidos, y a menudo olvidados indígenas del país.
La noche del martes, los zapatistas y cientos de simpatizantes de distintas partes del mundo recordaron el alzamiento armado que duró poco, se calmó tras unos días de enfrentamientos, y fue seguido de dos décadas de estancamiento con ocasionales momentos de tensión.
Unas dos mil personas participaron en la fiesta celebrada en el patio de una escuela en Oventic. Junto a simpatizantes de Estados Unido, España e Italia varios comandantes zapatistas ahblaron durante cerca de una hora en español y lenguas indígenas como tzotzil y tzeltal.
Recordaron cómo sorprendió a México la rebelión zapatista y generó amplio apoyo de izquierdistas de todo el mundo por su mensaje de derechos indígenas y oposición a la globalización. Pero desde entonces ha habido pocos cambios en la media decena de apartados enclaves.
La pobreza sigue siendo tan grande, o peor, de como era antes del levantamiento en parte porque los zapatistas rechazan todos los programas de ayuda gubernamental.
Además la atención del mundo se movió hacia otros, aparentemente más exitosos, movimientos indígenas. En 2006 Evo Morales se convirtió en el primer presidente indígena de Bolivia y en su gabinete hay integrantes de las etnias aymara y quechua.
El subcomandante Marcos, líder de los zapatistas, parece reconocer que muchos han dejado de prestarles atención.
``Se fueron. Unos se fueron más pronto que otros. Y la mayoría no nos ve o lo hacen con la misma indiferencia y desdén intelectual con que lo hacían antes del 1 de enero de 1994'', escribió Marcos en un comunicado dado a conocer el sábado.
En ocasiones el movimiento ha generado polémicas con marchas, convenciones en la selva y comunicados poéticos para luego retraerse a sus comunidades y quedar casi en silencio por largos periodos.
La revuelta provocó que México reformara su constitución en 2001 para consagrar los derechos de los pueblos indígenas y el movimiento realizó una caravana por buena parte del país para respaldar la reforma que culminó con una serie de dramáticos discursos en el Congreso.
Los indígenas mexicanos siguen siendo una minoría discriminada a quien se le niega la entrada o el servicio en tiendas y restaurantes lujosos. Sólo reciben atención ocasionalmente, por ejemplo, cuando un equipo de basquetbol de niños triquis que juegan descalzos ganó un torneo internacional.
Pero el movimiento, conocido por sus siglas EZLN, sigue vivo dijo el obispo de San Cristóbal de las Casas, Felipe Arizmendi. La inglesia ha tenido gran importancia en los movimientos indígenas de Chiapas.
``El EZLN sigue vivo, no ya como una opción militar, sino como una organización social y política, que lucha por una vida digna es un esfuerzo de demostrar que es posible la autonomía, sin dependencia del gobierno''.
Sin embargo, los zapatistas dirigen sus propias escuelas y clínicas de salud pero la mayoría parece carecer de recursos y están pobremente equipadas.
Las condiciones de vida en sus comunidades no han mejorado. La mayoría sigue recibiendo magros ingresos por cultivar maíz y en ocasiones tratan de ampliar sus terrenos a costa de las selvas de Chiapas. Marcos responde a esas críticas con su dureza habitual.
``¿Qué ha hecho el EZLN por las comunidades indígenas? Y nosotros estamos respondiendo con el testimonio directo de decenas de miles de nuestros compañeros y compañeras'', escribió, diciendo que los medios deberían preguntarse qué han hecho para mejorar los sueldos y condición de trabajo de sus periodistas.
Marcos dijo que la rebelión en sí es motivo suficiente para celebrar.
``Porque la rebeldía, amigos y enemigos, no es patrimonio exclusivo de los neozapatistas. Lo es de la humanidad. Y eso es algo que hay que celebrar. En todas partes, todos los días y a todas horas. Porque la rebeldía es también una celebración''.