Batalla de titanes
A un lado de la apuesta competitiva entre el Real Madrid y el Barcelona, Cristiano Ronaldo y Leo Messi encaran su duelo particular, un clásico enfrentamiento individual más allá de los intereses de sus respectivos equipos, donde cada acomete su personal lucha con la historia.
Madrid/EFE.
A un lado de la apuesta competitiva entre el Real Madrid y el Barcelona, Cristiano Ronaldo y Leo Messi encaran su duelo particular, un clásico enfrentamiento individual más allá de los intereses de sus respectivos equipos, donde cada acomete su personal lucha con la historia.
La coincidencia del luso y el argentino sobre un terreno de juego encuadra el reto permanente al que ambos se ven sometidos a lo largo del curso. Cifras imposibles y registros inalcanzables que terminan por ser presa de la voraz ambición de los dos astros.
Con el Mundial al fondo Cristiano Ronaldo y Leo Messi aceleran el paso. Tiran de sus equipos en busca de títulos que engrandezcan aún más la leyenda de trayectorias iluminadas por sus marcas individuales.
El portugués llega al Clásico asentado como abanderado del líder. Ataviado por la condición de Balón de Oro, un triunfo que desahogó parte de su ambición enfermiza, espera el choque feliz en lo personal. Con un doblete más en su cuenta, obtenido ante el Schalke en la Liga de Campeones y erigido en el máximo anotador de la Liga y del torneo continental.
El gol que anotó en La Rosaleda el pasado sábado, que sirvió para que el Real Madrid lograra los tres puntos y mantuviera la ventaja de cuatro respecto al Barcelona antes del partido del Santiago Bernabeu, elevó su cifra en la Liga a 25 dianas. Eso le situó como el primer jugador de la historia que alcanza este número en cinco temporadas seguidas.
Ronaldo disfruta de su quinta campaña como futbolista del Real Madrid. Siempre ha ido más allá de los veinticinco goles. En la primera acabó con 26. Después sumó 40. En la tercera 46 y en la pasada 34. Ahora acumula 25 a diez partidos para el final de curso.
Cristiano no descansa. Voraz como nadie aspira a trasladar a Europa su liderazgo. Fue evidente el pasado martes, cuando el siete del Real Madrid decidió jugar ante el Schalke un partido irrelevante. Con más riesgos que ventajas. El portugués no perdió el tiempo y aprovechó los noventa minutos para engordar sus guarismos. Marcó dos de los tres goles que firmó su equipo para elevar a trece su renta en Champions.
El argentino pisará el estadio Santiago Bernabeu en plenitud después de una racha de altibajos y sospechas sobre su mejoría absoluta tras la lesión de principio de curso, que le obligó a parar y a comenzar la carrera de la temporada en desventaja.
Sin embargo, los últimos partidos han reencontrado la mejor versión del argentino. Más allá de las urgencias del Barcelona por reengancharse a la pelea por el liderato, el jugador argentino avanza a pasos agigantados mientras devora más y más cifras.
A tiro tiene el récord del argentino Hugo Sánchez como segundo máximo goleador de la historia de la Liga. Solo dos tantos le separan del azteca. Un registro que estará en su mano esta misma campaña. Quién sabe si en el propio templo blanco.
El triplete logrado ante Osasuna en el Camp Nou el pasado domingo disparan a 232 los goles del argentino, convertido ya en el máximo realizador de la historia del Barcelona.
A un lado de la apuesta competitiva entre el Real Madrid y el Barcelona, Cristiano Ronaldo y Leo Messi encaran su duelo particular, un clásico enfrentamiento individual más allá de los intereses de sus respectivos equipos, donde cada acomete su personal lucha con la historia.
La coincidencia del luso y el argentino sobre un terreno de juego encuadra el reto permanente al que ambos se ven sometidos a lo largo del curso. Cifras imposibles y registros inalcanzables que terminan por ser presa de la voraz ambición de los dos astros.
Con el Mundial al fondo Cristiano Ronaldo y Leo Messi aceleran el paso. Tiran de sus equipos en busca de títulos que engrandezcan aún más la leyenda de trayectorias iluminadas por sus marcas individuales.
El portugués llega al Clásico asentado como abanderado del líder. Ataviado por la condición de Balón de Oro, un triunfo que desahogó parte de su ambición enfermiza, espera el choque feliz en lo personal. Con un doblete más en su cuenta, obtenido ante el Schalke en la Liga de Campeones y erigido en el máximo anotador de la Liga y del torneo continental.
El gol que anotó en La Rosaleda el pasado sábado, que sirvió para que el Real Madrid lograra los tres puntos y mantuviera la ventaja de cuatro respecto al Barcelona antes del partido del Santiago Bernabeu, elevó su cifra en la Liga a 25 dianas. Eso le situó como el primer jugador de la historia que alcanza este número en cinco temporadas seguidas.
Ronaldo disfruta de su quinta campaña como futbolista del Real Madrid. Siempre ha ido más allá de los veinticinco goles. En la primera acabó con 26. Después sumó 40. En la tercera 46 y en la pasada 34. Ahora acumula 25 a diez partidos para el final de curso.
Cristiano no descansa. Voraz como nadie aspira a trasladar a Europa su liderazgo. Fue evidente el pasado martes, cuando el siete del Real Madrid decidió jugar ante el Schalke un partido irrelevante. Con más riesgos que ventajas. El portugués no perdió el tiempo y aprovechó los noventa minutos para engordar sus guarismos. Marcó dos de los tres goles que firmó su equipo para elevar a trece su renta en Champions.
El argentino pisará el estadio Santiago Bernabeu en plenitud después de una racha de altibajos y sospechas sobre su mejoría absoluta tras la lesión de principio de curso, que le obligó a parar y a comenzar la carrera de la temporada en desventaja.
Sin embargo, los últimos partidos han reencontrado la mejor versión del argentino. Más allá de las urgencias del Barcelona por reengancharse a la pelea por el liderato, el jugador argentino avanza a pasos agigantados mientras devora más y más cifras.
A tiro tiene el récord del argentino Hugo Sánchez como segundo máximo goleador de la historia de la Liga. Solo dos tantos le separan del azteca. Un registro que estará en su mano esta misma campaña. Quién sabe si en el propio templo blanco.
El triplete logrado ante Osasuna en el Camp Nou el pasado domingo disparan a 232 los goles del argentino, convertido ya en el máximo realizador de la historia del Barcelona.