Copa Oro huele a taco podrido

Con lo ocurrido a Costa Rica ante México en semifinales, se percibía el olor a taco podrido. En el menor descuido, a Panamá no se la perdonarían y su ejecutor fue el árbitro Mark Geiger, de Estados Unidos. Solo un día antes pedía un arbitraje justo que nunca se dio. ¡Mira lo que te espera, Jamaica, el domingo! Que México pase a la final y de paso gane el título de Copa Oro les da un juego extra por el boleto a la Copa Confederaciones, otro billete extra para Concacaf. Durante el transcurso del partido contra México se vio el rostro y la risa de Miguel “Piojo” Herrera tras la expulsión de Luis Tejada, luego se gozaba el resultado, como si ya supiera lo que podría ocurrir, dio un doble discurso a la prensa, pues claro, el tramposo resultado le salva la cabeza. Pero lo que no quieren entender las cadenas internacionales como Fox Sport y ESPN, muchos aficionados mexicanos y sus dirigentes es que en el fútbol ya no son “gigante de Concacaf”, los países de Centroamérica lo han demostrado una y otra vez. La respuesta a esto es simple, ya no existen goleadas, sus clubes y el Tri sufren. Esperemos que lo ocurrido no sea el espejo de las eliminatorias hacia Rusia 2018. La Roja ha hecho un torneo meritorio. Antes de iniciar la Copa Oro planteaba que deseaba ver la mano del técnico Hernán “El Bolillo” Gómez en el juego de la selección y se vio. Independientemente de lo que pase el sábado ante Estados Unidos, donde ya no nos asombraría otra maleantería arbitral. La Fepafut se quejó por lo ocurrido ante México, “exige la remoción íntegra de los miembros de la comisión arbitral de la Concacaf”, pero creo que no es suficiente, ahora le toca el juego de pantalones largos a la Fepafut con Pedro Chaluja porque vienen las eliminatorias y cualquier artimaña puede ocurrir. La Concacaf da muchos votos a la Fifa, pero si Centroamérica y el Caribe no se unen por cosas justas como el buen arbitraje, los equipos del Norte seguirán mandando, aunque Concacaf tenga al hondureño Alfredo Hawit como presidente interino. Ya a Costa Rica y Panamá les pasó. ¿Quién será la próxima víctima?