Cuartos de final
Uruguay ha ganado 16 veces la Copa América, Chile ninguna. Los uruguayos tienen a su favor la historia del Maracanazo en 1950 y si cree que esa hazaña es prehistórica, en la pasada Copa América eliminaron al equipo argentino por penales en cuartos de final.
Yo creo que en esta etapa de cuartos de final, a Chile, al enfrentar a Uruguay, le tocó bailar con la más fea. De nada le valió clasificar de primero en el grupo A y ser el equipo más goleador del torneo. Se enfrentará a un peligroso equipo que no cree en dueños de casa ni en estadios llenos.
Mientras tanto, Perú chocará con Bolivia, que no sabe cómo se encaramó en el segundo puesto del grupo A. Era el bocado al que todos querían meter diente. Los peruanos, si juegan bien, pueden pasar a la otra ronda porque Bolivia es el que menos ha demostrado.
Brasil, primero en grupo C, sin el complejo y la bulla mediática de Neymar, sorteó el escollo que le propuso Venezuela. Lo venció 2x1 y para eso Dunga abrió el baúl de los recuerdos y sacó al campo a Robinho. Tocó, tocó y puso a tocar a todos y de la mano de esa forma de jugar llegó el triunfo.
Cuando le preguntaron a Robinho, que se presentó ante la prensa luciendo unos lentes de maestro de literatura, qué pensaba de su próximo rival, echó mano a la historia y dijo “la selección brasileña tiene mucha tradición y no teme a nadie”.
Vamos a ver si Paraguay, segundo en el grupo B, los deja que jueguen tan fácil. Los guaraníes son duros para recuperar el balón y cuando lo tienen, son peligrosos. Maestros de la pelota parada y del arte defensivo. Un partido al estilo del continente suramericano.
El último cotejo es el del tercero del grupo B, Colombia, y Argentina, primero en el A. Colombia solo ha metido un gol en el torneo. Sus goleadores están apagados Falcao no aparece y Bacca está fuera. Los argentinos quieren ver despertar a Messi... quieren al Messi del Barcelona, no el fantasma que a veces viste la enseña de la selección.
Cuartos de final, una etapa en que todos los partidos son a muerte. No hay mañana.