Futbolistas prefieren tatuajes religiosos y familiares
El tatuador chileno, Marlon Parra, que se ha convertido en el artista predilecto de los futbolistas famosos, afirmó que estos prefieren pintarse imágenes religiosas y nombres de las familias, en especial de los padres, en las que predominan la escala de grises.
Así lo señaló a EFE Parra, un especialista en la materia, que ha grabado con agujas y tinta los cuerpos, entre otros, del italiano Antonio Di Natale, el delantero chileno Mauricio Pinilla y el director técnico de la roja, el argentino Jorge Sampaoli.
Hace dieciocho años que Marlon Parra se inició en el arte de los tatuajes, pero saltó al estrellato cuando lo visitó el tenista chileno, Marcelo Ríos, el primer latinoamericano en alcanzar el número uno en la clasificación mundial.
Desde ahí se convirtió en un personaje conocido entre los deportistas nacionales e internacionales.
"En 2007 conocí a Mauricio Pinilla que me llegó porque Ríos me había recomendado. Luego se dio la dinámica del boca a boca y entre ellos se iban traspasando el dato del tatuador", comentó Parra.
Uno de los tatuajes más significativos que ha hecho el artista chileno es el particular arco con el remate fallido en el Mundial de Brasil 2014 de Mauricio Pinilla que va acompañado de la frase "A un centímetro de la gloria".
El delantero de la selección chilena y del Atalanta italiano inmortalizó en su espalda el que pudo haber significado el triunfo de su país ante el anfitrión Brasil, pero no fue gol porque el balón golpeó el travesaño del arco de Julio César al final del tiempo extra de un partido de octavos de final.
"Para mí fue contraproducente, porque para eso significó para todos algo no muy positivo en aquel momento y el tatuaje se lo hizo dos días después de que quedáramos eliminados", aseguró el artista de la tinta.
Parra añadió que Pinilla "es así" y que lo que se le ocurre lo hace, independiente de que para nosotros tenga una connotación negativa o positiva. "El fútbol también es así y no necesariamente gana el que me merece, gana el que hace los goles y el que no le pegó al palo", agregó.
Hasta hoy Marlon Parra ha tatuado a más de treinta jugadores locales y a la mayoría de los seleccionados chilenos. Se ha ganado la confianza hasta el punto de haber viajado con todos los gastos pagados a sus residencias en Europa y en los Emiratos rabes para tatuarles.
Cuando Matías Campos Todo jugaba en el Udinese de Italia, en 2013, lo llamó para que lo tatuara a él y a todo el equipo y ahí, en los camarines del club, conoció a Antonio Di Natale, a quien le grabó un diseño que le había mandado un fanático.
"Es una experiencia muy buena porque vas y conoces otro lugar, los jugadores te tratan como si estuvieras en tu casa y, sobre todo, porque vas a hacer lo que más te gusta", dijo Parra.
Otro de los futbolistas que ha costeado los viajes del famoso artista es el chileno Luis Jiménez, que en diciembre de 2012, cuando comenzaba a jugar como delantero de Al-Ahli de Dubai, lo llevó hasta su casa, donde permaneció tres semanas para que le realizara algunos tatuajes.
Hasta una de sus locales, en el centro de Santiago, también ha ido el director técnico de Chile, Jorge Sampaoli, quien se acostumbra tatuar letras de canciones de sus bandas favoritas argentinas de rock.
"Sampaoli llegó recomendado por Mark González, pero todo tiene que ver con que soy el tatuador referente en el camarín de la selección chilena", concluyó Parra.