Golazo - 29/6/18 - 12:00 AM

La última ‘bolillada’

Por: Roberto Acuña N. [email protected] -

La selección de Panamá dejó cuerpo y alma ayer en Saransk, aunque hay quienes no terminan de entender qué quiso hacer Hernán Darío “Bolillo” Gómez durante la segunda mitad del compromiso en el que se cayó 2-1 ante Túnez.

El ingreso de Harold Cummings por Gabriel Torres, al medio tiempo y cuando el marcador nos era favorable (luego del autogol de Yassine Meriah), dejó al onceno panameño sin “delantero neto” en la cancha.

Ese “movimiento estratégico” del colombiano confundió a más de uno, y al parecer, hasta a sus propios jugadores. Daba la impresión de que ni el mismo “Bolillo” sabía qué se proponía. ¿Defender el marcador?

Consecuencia de este “movimiento”, a los tunecinos se les vio más cómodos en la cancha y aprovecharon para igualar las acciones al minuto 51. “Fue un cambio que no salió bien”, reconoció el seleccionador nacional.

Túnez hizo el segundo y definitivo gol a los 66’, cortesía de Wahbi Khazri, quien definió a placer ante una defensa panameña desorientada.

Sabida la superioridad de Inglaterra y Bélgica, e incluso Túnez, al colombiano se le había criticado poco, pero su invento de ayer dejó berraco a más de uno. ¿Quiso utilizar a Edgar Yoel Bárcenas como falso 9? Un lujo al alcance de pocos equipos, como la España de Vicente Del Bosque.

“Bolillo” pretendió darle vida al ataque, enmedar su metida de pata, tirando a la candela a Luis Tejada (56’) y Abdiel Arroyo (81’), pero la oportunidad de lograr un punto histórico se escabulló.

La conclusión de la etapa de grupos dejó a Panamá como la selección que más goles recibió. 19 disparos en tres partidos se hicieron al arco protegido por Jaime Penedo, de los cuales 11 acabaron en gol.

Fue el cuadro panameño el que más tarjetas amarillas se ganó, con 11, y estuvo entre los que menos disparos realizó, con 23. Una situación un tanto comprensible, dado el calibre de los rivales.

Rusia 2018, una Copa del Mundo que nos dejó claro que nos queda un mundo por trabajar y por mejorar en todos los sentidos.


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