Por la gloria
Kylian Mbappé revolucionó el mundial con su potencia y el descaro de un adolescente. Luka Modric marcó el compás en cada partido que ha disputado en Rusia con la pasmosa solvencia y precisión con la que maneja los hilos del mediocampo.
El que Francia conquiste su segundo título en 20 años o que Croacia levante el trofeo por primera vez hoy (10:00 a.m.) en el estadio Luzhniki frente al presidente ruso, Vladímir Putin, y casi mil millones de telespectadores dependerá de las prestaciones de las dos estrellas.
Con 19 años, Mbappé ha sido la gran sensación del torneo, firmando tres goles — incluyendo su doblete ante Argentina en los octavos de final — y generando zozobra en las defensas rivales con su vértigo y agilidad.
“Será el partido más importante de mi vida”, declaró el delantero del Paris Saint-Germain.
Mientras Mbappé ha encandilado este último mes, Modric ha sido la piedra angular y chispa de Croacia. Cuando el volante del Real Madrid lleva el balón atado a sus pies, Croacia se ilumina.
“En el momento que crees que van a perder, o parece que están por tirar la toalla, siempre tienen el temple para reaccionar”, dijo Mbappé sobre el equipo croata. “Es un equipo que juega con una enorme intensidad”.