Golazo - 29/7/13 - 09:29 AM
Siguen apareciendo más casos de dopaje en el ciclismo
El alemán Erik Zabel ha confesado que tomó sustancias dopantes como corredor profesional entre 1996 y 2003 y que mintió hace seis años cuando dijo que había experimentado con EPO sólo una vez.
Berlín / EFE
El alemán Erik Zabel ha confesado que tomó sustancias dopantes como corredor profesional entre 1996 y 2003 y que mintió hace seis años cuando dijo que había experimentado con EPO sólo una vez.
"EPO, cortisona, luego incluso dopaje sanguíneo; realmente es un montón", afirma en una entrevista con el diario alemán "Süddeutsche Zeitung" después de que la semana pasada saliera a la luz el informe de una comisión de investigación del Senado francés en la que aparecía su nombre en la lista de dopados en el Tour de 1998.
Zabel, que corrió su primer Tour en 1994 con el Telekom y ganó dos etapas en el de 1995, asegura que aquellos éxitos los consiguió "limpio".
Su error fue "querer más". "Los patrocinadores estaban descontentos con el rendimiento del equipo en el pelotón se oían frases como Has visto como han corrido hoy éste o aquél? y descubrías que nunca tendrías una oportunidad frente a determinados ciclistas", relata.
En 1996 cruzó la frontera sin reflexionar demasiado, pero no se excusa: "Sabía que estaba prohibido y nadie me forzó a tomar EPO (eritropoietina). Fue mi decisión".
Ya dopado ganó en ese Tour su primer maillot verde.
El alemán Erik Zabel ha confesado que tomó sustancias dopantes como corredor profesional entre 1996 y 2003 y que mintió hace seis años cuando dijo que había experimentado con EPO sólo una vez.
"EPO, cortisona, luego incluso dopaje sanguíneo; realmente es un montón", afirma en una entrevista con el diario alemán "Süddeutsche Zeitung" después de que la semana pasada saliera a la luz el informe de una comisión de investigación del Senado francés en la que aparecía su nombre en la lista de dopados en el Tour de 1998.
Zabel, que corrió su primer Tour en 1994 con el Telekom y ganó dos etapas en el de 1995, asegura que aquellos éxitos los consiguió "limpio".
Su error fue "querer más". "Los patrocinadores estaban descontentos con el rendimiento del equipo en el pelotón se oían frases como Has visto como han corrido hoy éste o aquél? y descubrías que nunca tendrías una oportunidad frente a determinados ciclistas", relata.
En 1996 cruzó la frontera sin reflexionar demasiado, pero no se excusa: "Sabía que estaba prohibido y nadie me forzó a tomar EPO (eritropoietina). Fue mi decisión".
Ya dopado ganó en ese Tour su primer maillot verde.