‘Somos un milagro’
“Si tienes en cuenta la infraestructura que tenemos, somos un milagro”.
Zlatko Dalic, el técnico de Croacia, retrató de manera perfecta lo que significa que su selección disputará por primera vez la final de una Copa del Mundo.
El que este país de apenas 4 millones de habitantes pueda alinear el domingo contra Francia con talentos como Luka Modric, Ivan Rakitic y Mario Mandzukic es asombroso.
Durante el mundial de Rusia se ha hablado hasta el cansancio de los modelos de Francia, Bélgica e Inglaterra —con sus instalaciones de lujo en Clairefontaine, Tubize y St George's Park — para reunir a los Kylian Mbappé, Eden Hazard y Harry Kane.
¿Croacia? No hay nada parecido. Ni siquiera un estadio nacional.
“Dentro de tres meses, vamos a jugar contra Inglaterra en la Liga de las Naciones, pero no tenemos un estadio adecuado para un partido como ese”, apuntó Dalic, luciendo orgulloso la camiseta de cuadros rojiblancos con forma de un tablero de ajedrez.
Varios de los jugadores de la actual selección crecieron en medio de la guerra civil que siguió al resquebrajamiento de la desaparecida Yugoslavia. Su capitán Modric fue un refugiado antes de iniciar una carrera que le llevó ahora con el Real Madrid, donde se ha consagrado en las últimas tres ediciones de la Liga de Campeones.
El fútbol croata está en otra dimensión, una de condiciones poco aptas.
_Tiene una liga en la que el Dínamo de Zagreb ha salido campeón en 12 de las últimas 13 temporadas. Apenas compiten 10 clubes, incluyendo seis en estadios cuya capacidad no pasa de los 10,000 asientos.