‘Tata’: A Messi no le gusta salir del campo
Josep Guardiola y Tito Vilanova tiraron la toalla en la cuestión Lionel Messi. Ninguno de los dos se atrevió a ver de morros a la estrella barcelonista
Josep Guardiola y Tito Vilanova tiraron la toalla en la cuestión Lionel Messi. Ninguno de los dos se atrevió a ver de morros a la estrella barcelonista cambiándolo cuando más y mejor se divertía en el campo. Con “Tata” Martino la cosa es diferente, ya que Messi, como el resto, está pasando por el tubo.
En el primer partido de Liga del Barcelona, y con un 7-0 en el marcador, el técnico argentino ordenó el cambio de Messi en el minuto 70, había marcado dos tantos. El jugador no se lo tomó mal, aunque no se mostró alegre por abandonar el campo.
Días después, antes de la ida de la Supercopa contra el Atlético de Madrid, el entrenador argentino abordó esta decisión y dejó entrever que entendía la peculiaridad del jugador, pero que debía someterse: "Es un tema de comprensión mutua. Yo tendré que ser muy cuidadoso como para no sacarlo cinco veces seguidas".
El martes, contra la Real, en el tercer partido de Liga en el Camp Nou, Messi volvió a ver el 10 en la pantalla del asistente para abandonar el campo a falta de diez minutos para concluir el partido. Esta vez sí, el enojo del jugador fue visible, y no atendió la llamada de su entrenador que reiteradamente quiso que le mirase para felicitarle por el partido.
Tras ser motivo de debate en el entorno, el jugador corrió a su Facebook y posteó: "En ningún momento hice algún gesto en el cambio que produjo Martino cuando me saca. A nadie le gusta salir, pero debemos aceptar porque es lo mejor para el equipo. Lo que no voy a aceptar es que ciertos medios salgan a decir mentiras sobre cualquier situación que sucede conmigo".
Lo cierto es que a Messi no le gusta que le cambien. Y así lo entendieron Guardiola y Vilanova, quienes en privado y públicamente no escondieron que por aquí podían crear un problema donde no existía.
A pesar de haber ganado todo con su equipo y en lo individual, Messi no quiere sombra. Si Cristiano Ronaldo apuntaba a pichichi, el quería serlo. Si anotaba un triplete, Messi lo repetía.
Por eso, cuando vio el 10 en la pantalla debió pensar que su paisano no había entendido que él no necesita descanso, sino goles para llevar a su equipo a las cotas más excelsas de éxito.