Wenger y una leyenda de mil partido al mando de los 'Gunners'
Arséne Wenger, el técnico francés que llevó los modales europeos al fútbol británico, cumple mañana mil partidos en el banquillo del Arsenal.
Londres / EFE.
Arséne Wenger, el técnico francés que llevó los modales europeos al fútbol británico, cumple mañana mil partidos en el banquillo del Arsenal.
Los cambios que introdujo Wenger en el club de Londres ya hace casi dos décadas fueron tan profundos y los éxitos que logró en sus primeras temporadas marcaron tanto a los aficionados que ni siquiera los ocho años, nueve meses y 27 días que lleva el equipo sin levantar un trofeo han minado su autoridad en el Arsenal.
Con 64 años, el galo es uno de los entrenadores que más tiempo se ha mantenido al frente de un equipo de elite y se aferra a su leyenda para continuar al mando de un equipo que ha perdido algo del brillo de sus primeros tiempos en el vestuario.
A finales de septiembre de 1996, los "gunners" anunciaron que el puesto de entrenador, para que el que se había barajado el nombre de Johan Cruyff, sería para Wenger, hasta entonces técnico del japonés Nagoya Grampus.
A la prensa inglesa el nombramiento le pareció poco serio: "Arsóne Who?" (Arséne quién?), se preguntaban en grandes titulares.
El francés, además de un completo desconocido en Inglaterra, era un hombre de apariencia refinada y en el norte de Londres pensaron que tendría dificultades para domar un vestuario lleno de futbolistas con fama de alborotadores como Ian Wright y Tony Adams.
Los modales de Wenger, como se encargaría de demostrar durante sus primeros días en el club, escondían sin embargo un carácter férreo y su trayectoria como entrenador era más sólida de lo que muchos pensaban.
Con 39 años había ganado la liga francesa con el Mónaco (1988) y, en 1994, había rechazado una oferta del Bayern Múnich para retirarse 18 meses a Japón, de donde regresó con las ideas renovadas y una Copa del Emperador en la maleta.
Arséne Wenger, el técnico francés que llevó los modales europeos al fútbol británico, cumple mañana mil partidos en el banquillo del Arsenal.
Los cambios que introdujo Wenger en el club de Londres ya hace casi dos décadas fueron tan profundos y los éxitos que logró en sus primeras temporadas marcaron tanto a los aficionados que ni siquiera los ocho años, nueve meses y 27 días que lleva el equipo sin levantar un trofeo han minado su autoridad en el Arsenal.
Con 64 años, el galo es uno de los entrenadores que más tiempo se ha mantenido al frente de un equipo de elite y se aferra a su leyenda para continuar al mando de un equipo que ha perdido algo del brillo de sus primeros tiempos en el vestuario.
A finales de septiembre de 1996, los "gunners" anunciaron que el puesto de entrenador, para que el que se había barajado el nombre de Johan Cruyff, sería para Wenger, hasta entonces técnico del japonés Nagoya Grampus.
A la prensa inglesa el nombramiento le pareció poco serio: "Arsóne Who?" (Arséne quién?), se preguntaban en grandes titulares.
El francés, además de un completo desconocido en Inglaterra, era un hombre de apariencia refinada y en el norte de Londres pensaron que tendría dificultades para domar un vestuario lleno de futbolistas con fama de alborotadores como Ian Wright y Tony Adams.
Los modales de Wenger, como se encargaría de demostrar durante sus primeros días en el club, escondían sin embargo un carácter férreo y su trayectoria como entrenador era más sólida de lo que muchos pensaban.
Con 39 años había ganado la liga francesa con el Mónaco (1988) y, en 1994, había rechazado una oferta del Bayern Múnich para retirarse 18 meses a Japón, de donde regresó con las ideas renovadas y una Copa del Emperador en la maleta.