Caso de exguerrillero colombiano, uno de los más complejos

San José
EFE

El caso del exguerrillero colombiano Libardo Parra, deportado el miércoles a Panamá, fue uno de los más complejos en materia migratoria para Costa Rica en los últimos años, tanto por su perfil como por la atípica situación jurídico en la que se encontraba, afirmó hoy una fuente oficial.

"Al menos en lo que va de esta administración sí (ha sido el más complejo). Es un caso bastante complicado porque este señor tenía un perfil de peligrosidad importante, tanto para él mismo como para el centro donde lo tuvimos que acoger por más de un año", declaró hoy a Acan-Efe la directora de Migración, Kathya Rodríguez.

Parra fue detenido en Costa Rica el 15 de marzo de 2006 con una identificación falsa y 1,5 millones de dólares en un vehículo, y ese mismo año fue condenado por legitimación de capitales.

En 2011 terminó su condena y fue liberado, pero sobre él pesaba una orden de deportación desde el 2006 al encontrarse en estatus migratorio irregular, explicó Rodríguez.

Sin embargo, las autoridades no podían enviarlo a Colombia, su país de origen, pues la ley costarricense prohíbe la extradición a un país donde la persona haya sido juzgada en ausencia, como ocurrió en este caso.

Libardo Parra, antiguo guerrillero del extinto M19, fue condenado en Colombia, en ausencia, por secuestro y extorsión.

Parra tampoco podía legalizar su estatus en Costa Rica porque la ley lo prohíbe para personas que fueron condenadas por un delito doloso.

La única opción que le quedaba a las autoridades costarricenses era que un tercer país lo recibiera, a lo que se negaron varias naciones latinoamericanas.

"Es un caso delicado. Teníamos la dificultad mayúscula de no poderlo deportar a su país y teníamos que lograr que un país amigo nos colaborara, y se dio la oportunidad de que Panamá lo recibiera", comentó la directora de Migración.

Desde 2011 Parra solicitó refugio en cuatro ocasiones, todas rechazadas, y la Dirección de Migración lo mantuvo retenido en un centro para inmigrantes irregulares, donde no suelen encontrarse personas con altos perfiles delictivos.

"Debimos tomar medidas extraordinarias de seguridad, hubo altos costos en manutención y una serie de dificultades al estar atendiendo las numerosas diligencias judiciales que interpuso", expresó Rodríguez.

En marzo pasado, la Sala Constitucional ordenó la liberación de Parra y se le interpuso la medida de firmar cada mes ante Migración, mientras se resolvía su última solicitud de refugio.

Esa petición fue rechazada este año, pero el colombiano la apeló ante el Tribunal Administrativo Migratorio, el cual la semana pasada resolvió en contra del sujeto.

Así, la orden de deportación quedó activa nuevamente y Parra fue enviado el miércoles a Panamá, vía la frontera terrestre de Paso Canoas, donde fue entregado a las autoridades, según Rodríguez.

La funcionaria dijo que esta parte del proceso la manejaron las autoridades de Seguridad de Panamá y Costa Rica.

"Por su perfil esta persona no era deseable que permaneciera en Costa Rica. Era claro que no se podía regular de ninguna manera su estatus migratorio", comentó la directora de Migración.

 Parra se encuentra a las órdenes de las autoridades panameñas, cuya versión no coincide con la versión oficial costarricense, ya que según el Servicio Nacional de Fronteras de Panamá (Senafront) detuvieron en Paso Canoas, en la frontera con Costa Rica, al colombiano.

"Entendemos que iba de paso, ya que las autoridades costarricenses le habían suspendido el refugio al que había acudido una vez que entró a Costa Rica y procedió entonces a cruzar a Panamá", dijo ayer el jefe del Senafront, Frank Abrego.

Según las autoridades panameñas Parra será deportado a Colombia, porque es buscado en ese país "por terrorismo, tráfico de armas, secuestro agravado, extorsión y cargos de tortura".