Mundo - 09/6/18 - 12:00 AM

Cuerpos momificados

Por: AP/EFE Escuintla, Guatemala -

Los cadáveres envueltos en bolsas plásticas blancas y mantenidos con ventiladores y hielo seco se acumulaban ayer viernes en una bodega de Escuintla, en el sur de Guatemala, reconvertida en improvisada morgue mientras los expertos continuaban con el delicado trabajo de poner nombre a quienes el volcán de Fuego dejó carbonizados y prácticamente irreconocibles.

Con las labores de rescate suspendidas por segundo día consecutivo, casi nulas esperanzas de encontrar nuevos supervivientes, órdenes de nuevas evacuaciones en marcha porque sigue cayendo material candente y una cifra de víctimas -109 muertos y cerca de 200 desaparecidos- que las autoridades temían pudiera seguir en aumento, recuperar el cuerpo de sus seres queridos se ha convertido en la última esperanza de muchos afectados por la trágica erupción del pasado domingo.

Dentro de un galpón de ladrillos y techo de chapa donde el hedor era insoportable, unos 15 forenses cubiertos de pies a cabeza trabajaban en las tareas de identificación de los cuerpos calcinados que muchas veces no tenían extremidades o se hallaban con el torso abierto.

Todos estaban totalmente ennegrecidos, algunos incluso con restos de cabello, y prácticamente momificados. La mayoría no sufrieron las quemaduras directas de la lava que el domingo descendió por las laderas del volcán, sino que se fueron como cociendo debido a las altas temperaturas, de hasta 700 grados, que se registraron en la zona, explicó el antropólogo forense Miguel Morales.

Los expertos primero revisaban si quedaba algún resto de ropa en el cadáver o cualquier otra pista que fuera útil para la identificación.

“Estamos extrayendo la muestra de huesos para lograr pruebas de ADN [porque] los tejidos están muy mal”, dijo el antropólogo Miguel Morales.


EDICIÓN IMPRESA

Portada Diario Crítica