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Filipinos narran el terror por terremoto

El jefe de la policía de Loon, Jacinto Mandal, estaba sentado en su oficina desarrollando un plan para las elecciones venideras en el poblado al momento del terremoto.

Filipinas
AP


Gay Flores se acababa de despertar en su vivienda de dos pisos en el pueblo de Carmen el martes por la mañana, un día feriado nacional en las Filipinas, cuando el sismo de magnitud de 7,2 sacudió, enviando olas en toda la pintoresca isla _y derribándola.

  ``Gateé hasta nuestra cocina porque mi madre y sobrinos estaban ahí'', dijo. ``Luego salimos gateando de la casa''.

  El techo de su vivienda se vino abajo y los muros de cemento se desplomaron, pero ella salió con vida al igual que sus padres.

  ``Dejamos todo atrás'', dijo Flores vía telefónica desde Carmen. ``Las pertenencias no importan siempre y cuando podamos salvar nuestras vidas''.

  El haber tenido el día libre pudo haberla salvado _y a muchos otros. Pese a que la cifra de muertos aumentó a 110, funcionarios filipinos dicen que se debió a que por ser feriado, muchas escuelas y oficinas que derrumbaron en la isla de Bohol estaban vacías cuando el sismo se registró a las 8:15 de la mañana.

  ``Ese es nuestro único consuelo'', dijo el funcionario provincial de Salud de Bohol, Reymoses Cabagnot.

  Un día después del terremoto, los socorristas con equipo pesado aún no podían llegar a los poblados devastados que han quedado incomunicados por deslaves o porque los puentes sufrieron serios daños. Sólo dos de los 20 puentes de la isla son seguros de cruzar.

  La isla, con 1,2 millones de personas, es un destino turístico popular por sus centros vacacionales en la playa y las famosas Colinas de Chocolate.

  Pero desde el aire, el pueblo de Loon, a 42 kilómetros (26 millas) al oeste de Carmen, era el miércoles un montón de casas, iglesias y otras construcciones apiladas. Los habitantes se abrieron paso en torno de escombros y sobre carreteras cuarteadas.

  El terremoto causó fuertes daños en iglesias históricas en el área, muchas de ellas de 200 años o más de antigüedad, del periodo de la colonia española. Entre 10 y 12 de ellas presentaron daños graves, muchos imposibles de reparar.

  El presidente Benigno Aquino III y funcionarios de alto rango de su Gabinete llegaron a la zona el miércoles a brindar su apoyo y distribuir ayuda e inspeccionar los daños a primera mano. El secretario del Interior Mar Roxas dijo que los puentes serían reparados en las próximas semanas.

  El jefe de la policía de Loon, Jacinto Mandal, estaba sentado en su oficina desarrollando un plan para las elecciones venideras en el poblado al momento del terremoto.

  ``Aún no tenemos electricidad'', dijo. ``Hasta la fecha, la gente usa leña para cocinar''.


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