Pocos sobrevivientes
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, afirmó que la respuesta de las fuerzas sanitarias y de salvamento al "lamentable" accidente del avión estrellado ayer en La Habana fue "inmediata", y adelantó que las noticias sobre supervivientes "no son nada halagüeñas".
"Se siguieron de inmediato las acciones que están previstas en los planes para eventos de este tipo. Se ha organizado todo, se extinguió el fuego, se están identificando los restos”, dijo el mandatario a la televisión estatal cubana ayer desde el lugar del siniestro.
Díaz-Canel insistió en que "se van a hacer todas las investigaciones" para esclarecer las causas del accidente y envió condolencias a los familiares de las víctimas de la aeronave, en la que viajaban 104 pasajeros y nueve tripulantes, estos últimos de nacionalidad extranjera.
El gobernante acudió al sitio del suceso, a un kilómetro y medio de la Terminal 1 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, junto a varios ministros y autoridades del gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC, único legal) en la capital cubana.
La aeronave, que cubría la ruta La Habana-Holguín (este), se estrelló en un campo de cultivo, por lo que no se dañó ninguna instalación ni ninguna vivienda y los vecinos del lugar fueron los primeros en ofrecer auxilio a los heridos.
Aún no se han divulgado detalles sobre la nacionalidad de los pasajeros, entre los que viajaban cinco niños, uno de ellos un bebé menor de 2 años.
Hasta el momento se reportan tres mujeres sobrevivientes, que se mantienen en estado crítico en el Hospital Calixto García de La Habana.
El avión siniestrado fue un Boeing 737 arrendado por Cubana de Aviación a la aerolínea mexicana Global Air.
En el momento del despegue se precipitó a tierra por causas todavía desconocidas, informaron medios oficiales.