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Programa para controlar el deseo de los pedófilos

En Alemania se ha iniciado una campaña para convencerlos de que se inscriban en un tratamiento confidencial, incluso si han abusado de un menor.

Por: Tomado de BBC Mundo -

A algunos hombres que se sienten atraídos por los niños les gustaría recibir ayuda para cambiar su condición, pero temen que los médicos les denuncien a la policía. Sin embargo, en Alemania se ha iniciado una campaña para convencerlos de que se inscriban en un tratamiento confidencial, incluso si han abusado de un menor. Y los médicos dicen que está siendo todo un éxito. Max es un graduado, de unos treinta años y tiene una sonrisa fácil y una risa contagiosa. Podría ser su vecino, su compañero de trabajo o el nuevo novio de su hermana. Es un tipo normal, excepto que es también un pedófilo. Max se siente atraído sexualmente por niñas entre las edades de seis y 11 años. Es un deseo que durante años lo ha llenado de auto-odio y desesperación. “Veo a una niña y la desvisto en mi mente, es una vergüenza, y me digo a mí mismo: 'para'. Y simplemente no puedo. Me da asco y miedo”, dice. Max nunca ha abusado sexualmente de una niña, ni tampoco ha consumido pornografía infantil -en sí una forma de maltrato indirecto, ya que los niños están a menudo involucrados en su producción. De hecho Max es solo una de las personas que sienten atracción por los niños, pero que están decididas a no actuar en consecuencia. PEDÓFILOS VIRTUOSOS A veces se llaman pedófilos “célibes” o “virtuosos”. La palabra “pedofilia” describe la atracción sexual, no el abuso, por lo que no todos los pedófilos son abusadores de niños, y no todos los abusadores de niños son pedófilos, dicen los expertos, ya que el abuso a veces tiene otras causas fundamentales. “No tengo el pelo graso, gafas de culo de botella ni tampoco visto con ropa de mal gusto”, escribe Max en el libro que ha publicado para ayudar a otros pedófilos que no quieren abusar de los niños. “No hay un pedófilo típico como piensa la gente. Somos personas normales y diferentes entre nosotros. La única cosa que tenemos en común es una atracción sexual hacia los niños. Estoy aprendiendo a controlar el lado sexual de mis sentimientos”. ACEPTACIÓN Lo está haciendo gracias, en parte, a un tratamiento radical para pedófilos llamado Proyecto de Prevención Dunkelfeld, que funciona en 11 centros diferentes a través de Alemania. Durante un año asistió a terapia de grupo, tres horas cada semana. “Fue muy doloroso”, me dice. “Se trataba de conocer un lado de mí que yo que había escondido y del que no me gustaba pensar. Es doloroso reconocer que eres un pedófilo. Era como estar delante de un espejo, y pensar: '¿Qué clase de monstruo soy?' Pero era también muy saludable ponerse frente al espejo y decir: 'Soy un pedófilo, pero está bien, no voy a hacer nada malo'”. “Una cosa muy importante es la aceptación. Ser capaz de pensar y sentir que la pedofilia es una parte de mí, pero no es lo que me define. Mis acciones son lo que me definen”. El tratamiento es una forma de terapia cognitivo-conductual, que analiza el comportamiento sexual en el pasado y los sentimientos, con el fin de elaborar estrategias para evitar situaciones potencialmente abusivas en el futuro. Algunos consejos prácticos son muy simples, como nunca estar a solas con un niño. Otras tácticas son más complicadas, y consisten en el cambio de actitudes, por ejemplo, ayudar al paciente a comprender que el contacto sexual con los niños nunca puede ser consensual. El tratamiento está también disponible para los hombres que han abusado de niños en el pasado, incluso si se han denunciado los abusos. Así que, ¿qué hace el terapeuta si el paciente dice que ha abusado de un niño? “Si él viene a nosotros y dice: 'Hice algo ilegal en el pasado y no quiero hacerlo de nuevo', y ese es el caso típico para nosotros, entonces podemos ayudarle a construir su comportamiento de autorregulación para no hacerlo de nuevo”, dice Anna Conrad, del hospital Charité de Berlín. Pero, sin duda, le sugiero, que es difícil sentarse frente a un hombre que ha abusado de niños y tratar de ayudarlo. “El objetivo principal del proyecto es proteger a los niños de ser objeto de abusos, y si puedo ayudar a la persona a que no vuelva a hacer eso, entonces para mí está muy claro que debo hacer eso”, dice ella. PROGRAMA EXITOSO En Alemania, los terapeutas no sólo no están obligados a reportar a las autoridades abusos realizados en el pasado, es ilegal violar el principio de la confidencialidad del paciente, a diferencia de Gran Bretaña, por ejemplo, donde los terapeutas tienen el deber de informar. “El enfoque británico hace que sea extremadamente difícil tratar a alguien correctamente2, dice Conrad. “El comportamiento pasado de los abusadores no se puede analizar con eficacia, y los pedófilos rara vez se ofrecen para el tratamiento por temor a ser arrestados. Si han cometido el crimen tienen razón para tener miedo, e incluso si no lo han cometido pueden pensar que es muy arriesgado”. Max está de acuerdo con esto. “Un tratamiento de este tipo puede prevenir la primera ofensa. La criminalización, si funciona, y por lo general no lo hace, sólo puede prevenir la reincidencia”, dice. Más de 430 hombres han comenzado el tratamiento. Y debido a la falta de lugares, hay largas listas de espera. Desde que se estableció por primera vez en 2005, más de 5,350 personas han contactado con la red de asesoramiento o para saber más acerca de la terapia.


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