Rompe su tradición de mando
El inesperado retiro del jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, mayor general Óscar Balladares, supone un cambio en la tradición de la cadena de
El inesperado retiro del jefe del Estado Mayor del Ejército de Nicaragua, mayor general Óscar Balladares, supone un cambio en la tradición de la cadena de mando militar y se da bajo el gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega, que ha promovido reformas a la Constitución que le darán, junto a los altos mandos, más poderes.
Balladares, de 52 años y 33 de servicio, es el primer jefe del Estado Mayor en pasar a retiro y no ser nombrado comandante en jefe, con lo cual se rompe una tradición surgida hace 18 años durante la Administración de Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997).
El jefe del Estado Mayor es el segundo cargo en la jerarquía de las Fuerzas Armadas y, tradicionalmente, era propuesto por el Consejo Militar para ser elegido como comandante en jefe, el más alto rango militar.
Esa tradición, rota por el actual jefe del Ejército, general Julio César Avilés, comenzó cuando pasó a retiro el primer jefe militar, Humberto Ortega, hermano del actual gobernante sandinista, que dirigió las tropas desde 1979 hasta 1995, en medio de presiones de Estados Unidos y grupos antisandinistas.
Al momento de su salida, Humberto Ortega, que fue reemplazado por quien fue su número dos, Joaquín Cuadra, dijo que dejaba unas Fuerzas Armadas con profundo apego al respeto de los derechos humanos y a la subordinación al poder civil, y destacó el proceso de transformación y profesionalización de esa institución.
Para distintos analistas nicaragüenses consultados, la salida de Balladares como jefe del Estado Mayor es parte de la estrategia del Ejecutivo sandinista que apuntala abiertamente a la militarización del Estado con oficiales más leales y afines a su régimen.
En la Asamblea Nacional se encuentra un proyecto de reformas al Código Militar enviado por el Ejecutivo que, entre otras cosas, deja a discreción del presidente de la República extender el plazo de forma indefinida al jefe del Ejército y que lo podrá destituir por “insubordinación”.
Actualmente el código, aprobado en 1994, establece la edad de retiro en 60 años y los años de servicio 35, mientras la reforma propone elevar la primera a 65 años de edad y a 40 la de actividad.