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Segunda vuelta electoral en Costa Rica

Los indecisos fueron creciendo en número conforme la campaña avanzó hasta que alcanzó al 34% en algunas encuestas, lo que hace que hoy su voto sea difícil de predecir.

San José
AP


Con el 73% de los votos escrutados, el candidato oficialista del gobernante Partido de Liberación Nacional, Johnny Araya, se disputaba voto a voto las elecciones presidenciales con el candidato del Partido Acción Ciudadana, Luis Guillermo Solís, cuya definición tendrá que esperar a una segunda vuelta electoral.

  Solís mantenía una ligera ventaja de apenas 1%, con el 30,77% de los votos, mientras que el oficialista alcanzaba el 29.68%.

  Cada candidato tiene al momento el 30 por ciento de los votos, lo que les deja muy por debajo del 40 por ciento necesario para evitar ir a una segunda vuelta electoral que se realizará el seis de abril.

  Aunque se trata de un reporte preliminar, se trata de en un resultado más estrecho que el de 2006 cuando el expresidente Óscar Arias ganó por 1% de los votos a Ottón Solís de Acción Ciudadana.

  Como la diferencia entre los dos candidatos punteros es menor al 2%, el Tribunal Supremo suspenderá la emisión de resultados para avocarse a un conteo manual.

  En medio de una gran algarabía en la sede de su partido, Solís celebró con sus partidarios lo que para él era una histórica victoria.

  ``Hemos iniciado un camino que no es fácil aún, hay que tener claridad de que lo que viene será arduo y complicado'', dijo Solís.

  ``Hablaremos con Costa Rica, con quienes quieran construir una patria distinta, tendemos una mano fraterna a todos los que quieren construir una Costa Rica distinta'', añadió.

  El candidato Johnny Araya agradeció a los costarricenses que le brindaron su apoyo, e insistió en que su propuesta es ``el camino seguro'' que necesita Costa Rica.

  ``El país no está para improvisaciones, este país no está para propuestas carentes de equipo, no puede aceptar a los que han querido borrar la memoria histórica y pensar que todo está mal en Costa Rica'', afirmó Araya.

  El aspirante presidencial aseguró que la renovación que ha ofrecido su partido es genuina, e invitó a los liberacionistas a ``cerrar filas'' en los dos meses de campaña previos a la segunda ronda.

  El reporte de los resultados provisionales por parte del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) terminará a medio día de este lunes.

  El candidato del izquierdista del Frente Amplio, José María Villlalta, obtuvo el 17,2% de los votos al momento, mientras que el aspirante del Movimiento Libertario, Otto Guevara, apenas alcanza el 11,2%.

  El 11.3% restante de los votos corresponde a candidatos minoritarios.

  Los reportes del Tribunal Electoral no mencionan el porcentaje total de los votantes, el de quienes votaron en blanco, pero dice que la abstención ascendió al 32.4%.

  Tanto Villalta como Guevara ya reconocieron su derrota y el hecho de que no estarán presentes en la inminente segunda ronda.

  Temprano, los cuatro principales candidatos coincidieron en su esperanza y deseo de lograr el 40% de los votos válidos que le permita a alguno de ellos ganar la elección de este domingo, y así evitar la segunda ronda el próximo 6 de abril.

  Al igual que sus candidatos, algunos votantes esperan no tener que ir a una segunda votación para definir al presidente de los próximos cuatro años.

  ``Ojalá que el Frente Amplio de la sorpresa en esta elección y podamos ganar de una vez'', dijo María Rodríguez, de 45 años. ``Pero si no se puede, que por lo menos tengamos a Villalta en una segunda ronda. Lo que importa es sacar a Liberación (Nacional) del poder''.

  Jairo Hernández, taxista de 52 años y simpatizante del partido oficialista, afirmó que vio ``muchas banderas de Liberación. Somos el partido más antiguo del país y el más organizado, vamos a ganar esto de una vez y don Johnny será presidente. Ha sido una fiesta bonita''.

  La última palabra en esta elección la tendrán los llamados votantes ``silenciosos'', aquellos que se negaron a expresar de cualquier manera su preferencia por algún candidato cuando fueron preguntados por los encuestadores, y cuyo voto será un misterio hasta que empiecen a revelarse los resultados.

  Durante un recorrido por centros de votación en comunidades ubicadas al norte de la capital costarricense, se podía observar a muchos votantes que ingresaban solos y evitaban cualquier identificación o pregunta.

  Priscila Molina, joven que se ha encargado de guiar a los votantes hacia la junta receptora de votos, dijo a la AP que muchos electores le manifestaron que decidirán hasta el último momento su voto.

  ``La gente me ha dicho que hasta que tenga la papeleta en la mano verá por quién va a votar. La mayoría de la gente no viene identificada con colores o banderas de los partidos, ni quieren decir por quién votarán'', afirmó Molina.

  Los indecisos fueron creciendo en número conforme la campaña avanzó hasta que alcanzó al 34% en algunas encuestas, lo que hace que hoy su voto sea difícil de predecir.

  Las encuestas habían vaticinado un empate técnico a los cuatro principales candidatos.
  Los candidatos esperaban n que baje el abstencionismo que ha superado el 30% en las últimas tres elecciones.

  ``Mucha gente se decanta a votar por la opción de cambio que es el Frente Amplio. Tenemos reportes de que la votación transcurre con normalidad y pocos problemas, hay un voto silencioso de la gente que nos favorece. Si logramos que baje el abstencionismo, podemos ganar en primera ronda'', afirmó Villalta.

  El Tribunal Supremo de Elecciones y el Ministerio de Seguridad informaron que la jornada electoral transcurrió con normalidad, pese a las más de 300 denuncias recibidas por los electores, que las autoridades calificaron de ``incidentes menores''.

  Tampoco se reportaron problemas en las juntas de votación dispuestas en el extranjero, donde 12.654 personas tuvieron ocasión por primera vez de participar en la elección los gobernantes fuera de las fronteras costarricenses.

  El Ministerio de Seguridad Pública tampoco reportó problemas en los centros de votación, salvo el asalto que sufrió una reportera gráfica de una agencia internacional de noticias al ser despojada de su computadora por delincuentes disfrazados de policías.


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