Trump no negociará sobre inmigración hasta que se reabra el Gobierno federal
"El presidente no negociará sobre una reforma migratoria hasta que los demócratas dejen de hacer juegos y reabran el Gobierno", afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, no negociará sobre inmigración -como exige la oposición demócrata- hasta que se reabra el Gobierno, cerrado parcialmente desde la medianoche por falta de acuerdo en el Congreso para aprobar un presupuesto federal, informó hoy la Casa Blanca.
"El presidente no negociará sobre una reforma migratoria hasta que los demócratas dejen de hacer juegos y reabran el Gobierno", afirmó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders.
Trump, precisó Sanders, está siendo informado regularmente de la situación por miembros de su Gobierno y del Congreso, donde la Cámara de Representantes y el Senado se reúnen hoy para tratar de buscar una salida a la crisis.
Trump habló hoy con el presidente de la Cámara Baja, el republicano Paul Ryan, y el líder de la mayoría conservadora en el Senado, Mitch McConnell.
"Estamos comprometidos a garantizar que se protege al pueblo estadounidense, especialmente nuestras grandes Fuerzas Armadas y los niños más vulnerables", agregó la portavoz presidencial.
El comunicado se emitió después de que Trump acusara horas antes a la oposición demócrata de provocar a última hora del viernes el cierre parcial de la Administración, justo el día en que se cumple hoy un año de su llegada al poder.
El Senado no aprobó este viernes los nuevos fondos necesarios para financiar al Gobierno y abocó así al Ejecutivo de Donald Trump a un cierre parcial e indefinido de sus actividades que entró en vigor a partir de la pasada medianoche.
La propuesta presentada por los republicanos, que la Cámara Baja sí logró aprobar este jueves, dotaba de financiación al Gobierno hasta el 16 de febrero, prolongando así el plazo de negociación entre demócratas y republicanos para unos presupuestos definitivos.
Los demócratas, sin embargo, condicionaron su apoyo a las cuentas a que Trump y los republicanos accedieran a regularizar a los cerca de 800.000 jóvenes indocumentados conocidos como "dreamers" ("soñadores"), que llegaron a EE.UU. siendo niños.