100 años del Partido Comunista Chino

100 años del Partido Comunista Chino

100 años del Partido Comunista Chino

Por: Redacción / Crítica Impreso -

El Partido Comunista Chino (PCCH) festeja el 100 aniversario de su fundación en 1921. En las semanas previas al 1 de julio se colocaron carteles y vallas publicitarias que pregonan el evento,

El PCCH es el segundo partido político más grande del mundo, después del Partido Bharatiya Janata de la India (BJP). Según datos de 2019, tenía 91.9 millones de miembros y ha gobernado China desde que tomó el poder después de una guerra civil, en 1949.

El PCCH ha guiado a #China a través de un siglo de guerras, hambrunas y agitación social, destacó la cadena alemana Deutsche Welle.

La concentración de poder del partido y la política exterior expansiva bajo han generado preocupaciones de que China se esté volcando más hacia el autoritarismo. Las críticas al partido y sus políticas se apagan rápidamente. La expansión militar china en el Mar de China Meridional ha atraído la condena internacional, al igual que la represión de las libertades civiles en Hong Kong y el trato a la minoría musulmana uigur en la región occidental de Xinjiang, resaltó la DW.

En febrero, se publicó una versión revisada de la historia del Partido Comunista de China", la historia oficial del partido, para coincidir con el centenario. La versión impresa contiene más de 500 páginas.

Esa edición condensa la agitación de una década de la Revolución Cultural en tres páginas y minimiza las atrocidades de Mao, suavizando la condena del partido de 1981 a la revolución.

La sección sobre El Gran Salto Adelante también está abreviada y solo menciona "dificultades económicas".

El diario español "El País" destaca que el Partido Comunista de China cumple 100 años reescribiendo la historia. Las críticas a Mao y la Revolución Cultural han desaparecido; museos y los libros oficiales dedican grandes espacios a la era de Xi Jinping

El Museo de la Revolución de Yanan narra en detalle esa versión oficial sobre los comienzos. El nacimiento del PCCh en Shanghái, su refugio en las recónditas montañas de Jinggan y la Larga Marcha (1934-1935), de 9,000 kilómetros en 370 días.

Ausentes de la narración están las extensas purgas que se lanzaron en Yanan. O, más adelante en el relato histórico, los millones de muertos en la hambruna causada por el Gran Salto Adelante (1959-1963), el fallido intento de industrialización acelerada de una economía entonces principalmente rural. La época de la catastrófica Revolución Cultural (1966-1976) se reduce a tres fotografías: el deshielo con Estados Unidos; la muerte -en un sospechoso accidente aéreo- de Lin Biao, el heredero aparente de Mao caído en desgracia; el comienzo del juicio contra la llamada Banda de los Cuatro, los dirigentes a los que tras la muerte de Mao se culpó de los desmanes de aquella década.

El portal ZeroHedge alegó que hay muchas preguntas. ¿Cómo ha prosperado y sobrevivido el comunismo en China cuando fracasó tan espectacularmente en Rusia, Europa del Este y Cuba? ¿Cómo se compara el culto a Xi con el culto a Mao? ¿Cuán sostenible es el papel del partido y el control del Estado? ¿Puede China enfrentarse a Occidente económicamente y ganar? ¿Qué pasa con las aspiraciones del pueblo chino?

El PCCh tuvo éxito en dos niveles. Ha sobrevivido y, a pesar de lo desagradable, cumplió su parte del trato con la gente: empleos y prosperidad creciente. Para mantenerse en el camino, ha demostrado su crueldad, tomando medidas drásticas en el Tíbet, Hong Kong y Xinjiang. En 1989, cuando el proceso generó demasiada libertad y aspiraciones, lo que llevó a una casi revolución fuera de la Plaza de Tiananmen.

Según el análisis de ZeroHedge, el PCCh ya no es un partido revolucionario. Es el partido del estado. Su longevidad dependerá de cómo se adapte a un panorama político en constante cambio. Su mayor amenaza puede ser su tamaño. Xi es simplemente el primero entre su cohorte de príncipes del partido, los hijos de la generación purgada durante la revolución cultural, en llegar a la cima. Como cualquier buen héroe clásico, su principal preocupación es asegurar y mantener su base de poder.

Cuando se trata de predecir el futuro, la realidad es que China es parte de la economía global. Es emocionante y está lleno de oportunidades, pero también es represivo y viola mucho de lo que podemos aceptar. Los fallidos derechos humanos y la diplomacia del guerrero lobo de China cierran puertas y mercados, destaca el portal informativo.

Las guerras comerciales y los embargos sofocan los esfuerzos de China por inventar e innovar, lo que hace que su economía decaiga a mediano plazo a menos que China establezca su propio ecosistema tecnológico que compita directamente con Occidente en los mercados globales.

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