Nacional - 12/8/15 - 08:45 PM
Condesa hablará de cómo influyó en Omar Torrijos
Mayté era una bella, exitosa y bien cotizada vedette española que triunfó en España, Chile, Panamá, Puerto Rico, Perú... e hizo de Panamá su campo de operaciones.
Mayté Maldonado vuelve a Panamá. A su amada Panamá, para presentar sus memorias en la Feria internacional del libro, el jueves 20 de agosto, a las 7:30 p.m. en el Salón Chaquira de Atlapa. Dirá cosas impactantes. Revelará secretos que guardó celosamente durante décadas.
Mayté era una bella, exitosa y bien cotizada vedette española que triunfó en España, Chile, Panamá, Puerto Rico, Perú... e hizo de Panamá su campo de operaciones. Aquí nacieron muchos de los proyectos con los que se lanzó también a conquistar el mundo de los negocios de bienes raíces.
Pero hay más, al estar en contacto con círculos de poder-comercial, político, militar y recientemente eclesiástico- influyó en personas y sus decisiones. Decisiones que cambiaron la historia y tal es el caso de Omar Torrijos Herrera, de quien fue amiga personal y en cierta forma consejera.
A finales de la década de los ‘60, en uno de sus viajes a Panamá, pues solía presentarse en el club nocturno El Sombrero- en Vía España- conoció a Omar Torrijos (y a su hermano Moisés). Y, en uno de sus diálogos con ese hombre soñador, aún no era general, que estaba lleno de planes para hacer de Panamá una nación grande, sin quinta frontera (como se denominaba a la antigua Zona del Canal) o enclaves coloniales, ella lanzó al aire una idea. Parece ser que Torrijos le hizo caso.
Cuando él estuvo como Jefe de Estado varias veces ella vino a Panamá y hasta conoció al Sha de Irán y a su esposa cuando estuvo exiliado en Contadora.
También fue amiga muy estimada de don Gilberto Arias, hijo de Harmodio Arias (presidente de Panamá y fundador del Panamá América y La Crítica) y sobrino de Arnulfo Arias (tres veces presidente de Panamá).
La noche del jueves 20 de agosto ella hablará de sus triunfos y derrotas, de las lecciones de vida que aprendió, las batallas internas y externas que libró, la manera en que Jesucristo entró en su vida, para sanarla física y emocionalmente, llenarle de esa riqueza intangible, inmaterial -que vale más que todas las joyas, bienes muebles e inmuebles que ella poseyó y posee y a los que está dispuesta a renunciar- y sacia toda hambre, de ese amor incondicional que solo Dios y su hijo Jesús son capaces de brindar.