Delaciones

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Por: Por: José Raúl Mulino Q. Exministro de Seguridad Pública -

Me motiva hoy hacer unos comentarios sobre las delaciones, luego de aprobada la ley que las permite en casos regidos por sistema penal inquisitivo. En el SPA hay acuerdos de pena a cambio de cooperar. Penalistas destacados han explicado a fondo la ley.

A raíz de conocer la semana pasada un acuerdo de delación que publicó un medio en Costa Rica, respecto de una constructora de las involucradas en el caso Blue Apple, se encendió el debate sobre si esa figura debe permitir que quien delate y colabore logre que su caso se cierre sin mayores efectos a futuro. Otra forma de decir impunidad a mi juicio. Al paso salió a justificarlo desde la procuradora hasta toda la red internacional de los "caiga quien caiga", argumentando que las delaciones son herramientas útiles para perseguir la corrupción y, por ende, a los corruptos. Verdad a medias.

No tengo duda de que las delaciones son herramientas importantes dentro de una causa penal. Hay quienes las han cuestionado porque los fiscales las usan casi que sin investigar en debida forma para culminar los casos sin mayores esfuerzos investigativos. Pero de allí a decir que si no hay ese incentivo las empresas o empresarios corruptores no cooperarían en el futuro y por ende las investigaciones podrían no arrojar los resultados esperados, hay un trecho grande. ¿No que abogaban por la certeza del castigo?

Para mí no es negociable que alguien que admite en una delación, o sea confesión, que cometió un delito y con ello involucra a terceros partícipes, pueda con su declaración salir del expediente sin sanción de ningún tipo. Igual a las empresas respecto a que puedan seguir contratando con el Estado a futuro. Si eso no es impunidad, no sabría cómo llamarlo.

El Dr. Ugaz, vocero de los "caiga quien caiga" de la región y emblemática figura aquí para "decentes y transparentes", explicó la importancia de legislar en el sentido de darle a la figura de la delación un efecto en el tiempo, es decir, que quien delate logre rebaja de pena y si es una empresa que por lo menos por un periodo de tiempo razonable no pueda volver a contratar con el Estado al que afectó con su mal actuar. Esa postura la comparto, si es que la entendí bien. Algo debe sucederle a quien participó y auspició actos de corrupción como fórmula para hacer negocios con el Estado.

El acuerdo revelado deja en evidencia lo que intuíamos y que ahora entendemos, es decir, el hermetismo del Ministerio Público en este caso y en todos los demás. De seguro las otras empresas usaron el mismo modelo y ninguna hoy tiene caso y alegremente siguen contratando con el Estado como si nada hubiera sucedido, como es notorio. Sin embargo, ¿estaría el Ministerio Público dispuesto a darle igual trato a cualquiera de los detenidos, no del Gobierno, que no hay ninguno, a cambio de sacarlo del caso, si delatan a otros partícipes y cerrar respecto de él el expediente? Lo dudo. Esta figura nació preconcebida para salvar a las empresas y empresarios afines al gobierno actual y dejarlos seguir contratando y quién sabe repartiendo beneficios a los hoy en el poder. Se sabían involucrados.

Queda un año de gobierno. La selectividad de este quinquenio en materia de justicia ha sido aberrante. La reconocen todos los sectores. Pero, ¿qué pasará después del 1 de julio del 2019? Imposible pensar que esta procuradora y su equipo de "valerosas" fiscales van a poder permanecer en sus cargos luego de que empiecen las exigencias judiciales de rendición de cuentas por sus atropellos y violaciones de derechos. Vendrán nuevas delaciones, de seguro, para buscar salvarse muchos de los que hoy caminan tranquilos porque son gobierno y nada les pasa, como en efecto ha sido. Se imaginan una delación de Rosas y el dinero que manejó de Odebrecht y para quiénes eran, de los que han pasado por Tocumen y no necesariamente como pasajeros, de los que manejaron y repartieron las donaciones políticas salpicadas de corrupción y ya confesadas, de los miembros de juntas directivas de entidades oficiales que se les conozcan sus andanzas, en fin, de todos los que hoy son testaferros y que aspirarán a delaciones y acuerdos como los de constructoras y otros para salirse de los problemas. Se les avecina a todos tiempos de cosecha de tempestades.

Bien entendidas y aplicadas, claro que son herramientas claves en el combate a la corrupción. Lo que no pueden ser es que sean pasaportes para la impunidad, casi una amnistía, que significa olvido. Esa ley habrá que cambiarla y hacerla eficaz y justa como ya existe en otras partes.

¡Mientras, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!

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