Educación
Mulino: "Escuchar para gobernar" precisamente para darme la oportunidad de estudiarlos y cuando llegue el momento plantear un programa de gobierno integral y enfocado en temas de urgente solución.
Educación
Por: José Raúl Mulino Q. -
Coronado, 1 de octubre de 2017
Tengo un año de manera constante recorriendo el país y conversando con copartidarios y amigos sobre los problemas nacionales desde la perspectiva de cada región o lugar en particular.
A esta etapa la he denominado "Escuchar para gobernar" precisamente para darme la oportunidad de estudiarlos y cuando llegue el momento plantear un programa de gobierno integral y enfocado en temas de urgente solución. Debo decir que el problema y la preocupación por la educación nacional acapara el interés prioritario en todas partes, cosa que, siendo honesto, me sorprende y favorablemente.
Entre más apartado es el lugar más preocupación existe. Cobra particular interés la existencia de las escuelas multigrados, ahora hasta el noveno grado. Ayer una docente multigrado en Las Tablas me planteó que el problema está en esos tres años últimos porque requiere de más enseñanza especializada, pero que en lo que es la primaria la atención al estudiante es más directa y personal. Igual he encontrado no pocos lugares que se quejan integralmente. Qué decir de las escuelas rancho y la falta de educadores en lugares remotos que cubran la demanda de esos pueblos apartados.
Curiosamente hemos conversado sobre la educación privada la cual no existe en esos lugares remotos pero si en muchas ciudades de la República. Queda claro que la mayoría de los padres hacen un esfuerzo personal para que sus hijos estudien en una escuela privada porque reconocen que la enseñanza pública está a años luz de brindarle a sus hijos oportunidades al graduarse, me refiero a empleo o acceso a la universidad. Obviamente me refiero a padres de familia de escasos recursos o de clase media que hacen grandes sacrificios para pagarle mejor educación a sus hijos. Recuerdo en una reunión a un empleado bancario que me aceptó que su salario no es malo pero que no le alcanza por lo que cubre turnos de Uber de 5 a 11 pm y con eso paga la educación privada de sus hijos.
He encontrado críticas al programa de Panamá Bilingüe, no por malo sino porque, me dicen, al regreso esos educadores no los nombran de manera permanente, entre otras causas de crítica. Parece incongruente, pero de este gobierno la incongruencia es la regla.
He hablado de la necesidad de incorporar la educación a las perspectivas de empleo nacional y de acuerdo a las exigencias del mercado laboral. Leí que de acuerdo a la Alta Comisión de Empleo nuestro país necesitará entre 300 a 500 mil profesionales para los puestos de trabajo al 2027. Al 2020, dice la Comisión, la necesidad ronda los 232 mil personas para empleos dentro de los cuales unos 25 mil corresponden a profesionales, 159 a técnicos y 47 mil a empleos no calificados. Considero que allí está el futuro del empleo bien remunerado para la mayor cantidad de nuevos egresados, en las carreras técnicas vinculadas al desarrollo de nuestra posición geográfica. La carrera tradicional pareciera coparse año tras año, no así aquellas vinculadas a la agricultura, sector marítimo en general, logística, entre otras. Allí se centra en mi opinión el futuro. Ya esas nuevas empresas están aquí y llegarán más, sin embargo, la oferta laboral aún no es suficiente y entonces, cuando se habla de importar mano de obra técnica y calificada para las nuevas oportunidades, hay rechazo, pero no se preocupan con conectar la educación con la oferta laboral.
Si se analizan las cifras de la demanda estimada por sector para los próximos años se verá con claridad lo antes dicho. Ahora bien, podemos hacer ese cambio dentro del sistema educativo que tenemos? No lo creo. Dónde se ubican respecto de ese cambio el sector de educadores? Hay conciencia de cambio y diversificación de la enseñanza para producir egresados con futuro laboral? Grandes interrogantes que son realidades que hay que afrontar alejados del tranque de calles y huelgas cada año.
Próximamente escribiré de mis impresiones sobre esos cambios y a la necesaria elevación y modernización de la educación. Espero para eso completar una ronda de consultas que he iniciado privadamente para conocer mejor un tema esencial y técnico pero del que dependerá, y dentro de poco, el futuro de esa nueva generación que espera y con razón empleos dignos y bien remunerados.
Es vital transformar con sentido de futuro y coherencia con éste la educación del país. No hacerlo es condenar al desempleo a las nuevas generaciones teniendo Panamá todas las opciones para progresar en conjunto con nuestra fuerza laboral.
Mientras hay que esperar, el reloj sigue su marcha y cada día que pasa es uno menos de todos ellos allá!
José Raúl Mulino Q.