El ‘Hijo de Adán y Eva’, era el pastor del Terror

El ‘Hijo de Adán y Eva’, era el pastor del Terror

El ‘Hijo de Adán y Eva’, era el pastor del Terror

Por: Alexis Sánchez y Pedro Batista -

Un joven de 21 años: Obniel González Virola, era el verdadero "mesías" de la Iglesia de Dios, que en el poblado de El Terrón en la comarca Ngäbe-Buglé (Panamá), en un culto para sacar demonios mató a una madre embarazada y a sus cinco hijos y a otra niña. El pastor se hacía llamar "Set", el tercer hijo de Adán y Eva y hermano de Caín y Abel.

"Set" y el "pastor" Mario González Blanco, eran los líderes de la secta que proclama: ¡arrepiéntete o mueres!

Ayer en el Sistema Penal Acusatorio de Changuinola fue la audiencia contra los integrantes de la Iglesia de Dios, que es el nombre que se registra en el expediente que instruye el fiscal Rafael Baloyes. Se les formuló cargos de homicidios agravado, femicidio y privación de libertad a Obniel González, Mario González Blanco, de 60 años; Amadio González Blanco, de 31 años; Marcelo Medina Valdés, de 20 años; Robert Flores Santos, de 22 años; Abdiel González, de 26 años; Abner González, de 23 años; Ariel Ríos Blanco, de 18 años, y Yaniela Rodríguez Blanco, de 21 años. Hay un menor de de edad 14 años. Todos los detenidos son familiares, salvo la mujer.

El nombre de "Set", además de ser uno de los hijos de Adán y Eva, también es conocido como una deidad de la fuerza bruta, de lo tumultuoso, lo incontenible. Señor del caos, dios de la sequía y del desierto en la mitología egipcia.

En el mundo de ficción de Marvel, Set es un archidemonio del Apocalipsis.

Los acusados llegaron descalzos, sucios y malolientes. Cubrían sus rostros con sus camisas o algún manto y caminaban con la cabeza agachada. En la audiencia que debió ser seguida por los periodistas en otro salón en una pantalla de baja calidad y pésimo sonido, los acusados no mostraron ningún tipo de arrepentimiento.

Aunque el fiscal pidió imputar cargos de violación a una menor de 9 años, cuyo cadáver también fue depositada en la fosa común, junto a las demás víctimas, el juez determinó que para tipificar ese delito se deben aportar mayores elementos.

En la audiencia había un intérprete Ngäbe-Buglé del Senadis, pero los acusados alegaron qu entendían español y no era necesario.

Durante la jornada judicial se explicó que los hechos se dieron la noche del sábado 11 y madrugada del domingo 12 de enero. Bellín Valdés Flores, de 33 años, fue sacada de su casa para llevarla al culto.

La noche del sábado presentaron como sacrificio inicial un chivo al que le cortaron la lengua y sangre, pero el profesta "Set" alegaba que no era suficiente.

A Bellin y sus cinco hijos los colocaron en el centro y fueron encerrados en un círculo que hacían los miembros de la secta. Jehová le "reveló" a "Set" que la mujer era "hechicera" y había que acabar con su existencia.

A la pobre mujer con seis meses de embarazo la golpearon salvajemente en el abdomen con palos, machetes y Biblias hasta matarla. Sus cinco hijos vieron la actuación del pastor y los seguidores de la Iglesia de Dios. A los chicos en ocasiones les ordenanaban cerrar los ojos y bajar la mirada para intentar infructuosamente que no se enteraran lo que sucedía.

A los niños asesinados a golpes y a otros participantes del culto que fueron rescatados, les quemaban con maderos calientes que colocaban en la boca y espaldas.

Los muertos eran sacados en hamacas. La población pensó inicialmente que Bellín era transportada de esa manera, porque estaba enferma, pero cuando vieron que llevaban también a los niños también en hamacas, descubrieron las atrocidades.

Solo una hija de Bellin pudo salvarse, porque estaba entre el grupo de 15 personas rescatadas por la Policía. Los cuerpos de las víctimas tenían ataduras y traumas en cabeza, estómago y glúteos, reveló el fiscal Baloyes.

En la audiencia, ninguno de los imputados ofreció una versión de los hechos y no mostraban arrepentimiento, expresó el agente del Ministerio Público.

En las declaraciones de los testigos se destaca que los imputados dijeron que habían matado, porque era un mandato de Jehová y que tenían que matar a más personas porque era un mandato de Jehová.

El juez ordenó mantener vigilancia en la zona del Terrón, donde se dieron los hechos y atención psiquiátrica a los involucrados.

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