¿Flujo controlado o descontrolado?
¿Flujo controlado o descontrolado?
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Si los casi 15 mil migrantes que están represados en Necoclí, Colombia logran llegar de manera masiva al corregimiento Capurganá y luego a territorio panameño, la crisis humanitaria y de salubridad, se trasladaría a Panamá.
Panamá está apostando a un flujo controlado de migrantes, cuando la realidad es que vendrá descontrolado y es probable que el mismo problema que se enfrenta en Necoclí, se traslade a los campamentos que hay en Bajo Chiquito y San Vicente, en el Tapón del Darién, o en Los Planes, en Chiriquí.
El campamento migratorio de San Vicente tiene apenas capacidad para 400 personas.
En Necoclí, donde hay ahorita un represamiento de migrantes haitianos, cubanos y de diversos países de África llegan cada día otros 800 extranjeros, que aspiran a internarse por la peligrosa selva del Darién hasta Panamá y luego continúan hacia los Estados Unidos, su destino final.
El alcalde de Acandí, Alexander Murillo, aseguró que Capurganá tiene menos de 3 mil habitantes y la llegada masiva de los extranjeros colapsaría los servicios esenciales de la población. Podría generar un brote de contagios de coronavirus.
Las autoridades locales de Acandí solicitaron al Gobierno Nacional que busque los mecanismos para que los migrantes salgan de Necoclí, directamente a Panamá, sin pasar por Capurganá, para evitar el tránsito por esta población.
