Héroes anónimos

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En ese desafío constante ante las intemperies que presenta la naturaleza en un momento determinado, el Servicio Nacional Aeronaval (SENAN), a través de sus pilotos, técnicos de vuelo y paramédicos realizan riesgosas evacuaciones Aeromédicas en los espacios más apartados del país, para socorrer a niños, jóvenes, mujeres embarazadas, adultos mayores y cualquier persona con delicados problemas de salud.

Valerosas y audaces acciones aéreas y humanitarias, que muchas veces son la diferencia entre la vida y la muerte de un paciente, por casos de mordeduras de serpiente, escorpión, embarazos de alto riesgo, hemorragias uterinas, entre otras tantas patologías por la que atraviesan panameños y panameñas humildes que viven en áreas postergadas.

En la Dirección Nacional de Mantenimiento Aéreo, día y noche trabajan verificando que los equipos se encuentren en óptimas condiciones, ya que en cualquier momento puede darse una llamada de auxilio.

Azael Mora, es Sgto. 2do. con casi 13 años de servicio en la institución, actualmente labora como mecánico en el Departamento de Helicópteros.

Oriundo de la comunidad de Rambala, Bocas del Toro, es uno de trece hermanos que a pesar de los escasos recursos económicos y múltiples necesidades, nunca perdió el sueño de ser un uniformado, específicamente mecánico de aviación. Fue a los 22 años, cuando sacrificando su juventud se enlistó en el antiguo Servicio Aéreo Nacional (SAN), gracias a la orientación del Teniente Benjamín Domínguez, quien al ver el auténtico deseo de superación del joven, lo insta para que ingresara a las filas.

Luego de realizar y desarrollar las difíciles tareas para lograr su incorporación, ingresa en la promoción ¨HALCÓN 2006¨, cumpliendo con los rigores de la formación uniformada, y es enviado a patrullar las calles en el sector este de la ciudad de Panamá.

Su aspiración era llegar a ser mecánico de aviación. Cuando el Cap. José Araúz, uno de los jefes de taller de dicho estamento, al ver la actitud incansable de este uniformado, le informa que en unos días, sería abierta la inscripción para un curso de mecánica de aviación… apareció la oportunidad que tanto esperó.

Al realizar los trámites correspondientes, se encuentra que uno de los requisitos era tener el título de bachiller en ciencias, sin embargo se había graduado de bachiller agropecuario, lo que impedía su participación. Esta situación lo desmoralizó, pero el Cap. Araúz aboga para que se le de la oportunidad de realizar las pruebas, contando con tan solo dos días para prepararse, la cual aprueba, siendo finalmente seleccionado entre 40 aspirantes.

Al iniciar el curso, pertenecía a la guardia interior de la Base, el jefe inmediato no le concede el permiso, por lo que tenía que hacer turno desde las 18:00 hasta las 00:00 horas, para luego descansar un poco e irse al curso que duraría once meses.

Mora al cabo de un mes cumpliendo con el turno y la capacitación, estuvo a punto de desistir, pero en ese preciso instante otro líder llegó, el Mayor Hever Guerra, que al percatarse del turno impuesto a la unidad, lo cual estaba afectando su rendimiento académico, da la orden para que sea excluido, a fin de que se dedicara exclusivamente a los estudios.

Al cabo de un año, culmina satisfactoriamente el curso de Mecánica de Aviación, pasando inmediatamente a formar parte del equipo técnico del Dirección Nacional de Mantenimiento Aéreo, donde hoy tiene 10 años de estar laborando.

Su humildad, disposición, perseverancia y arrojo, lo han llevado a otras latitudes, capacitándose en tecnología de punta, en países como Chile y EE.UU, siendo uno de los mecánicos certificados a nivel internacional por la empresa fabricante de los helicópteros modelo AW139 AGUSTA.

Una de las tantas anécdotas que recuerda como tripulante, fue la evacuación aeromédica, en Trinchera (área comarcal de Bocas del Toro), época lluviosa del año 2015.

El helicóptero AN-140, comandado por el comisionado Gustavo Pérez, despega de la base operativa Aeronaval de Howard y es cuando el mal tiempo deben tomar la decisión de aterrizar en un limitado terreno en el sector de Guázaro, apagándose los motores, con la esperanza de que mejoren las condiciones meteorológicas. No obstante, una cabeza de agua desborda el río del lugar, inundando en minutos toda el área donde se encontraba la aeronave, por lo que rápidamente tienen que despegar y movilizarse a un único punto disponible, próximo a una playa, que al poco tiempo producto de la incesante lluvia y los fuertes oleajes, genera otra situación, el aparato empieza a hundirse en la arena y es cuando los 3 tripulantes a bordo toman acciones inmediatas improvisando un helipuerto con madera, para estabilizarlo y poner la nave fuera de peligro.

Al cabo de tres horas, al despejarse un poco el cielo, emprenden vuelo hacia Trinchera para realizar la evacuación de un menor de 7 años a un centro hospitalario, donde recibió atención médica especializada, a causa de problemas respiratorios.

Mora, agradece a Dios, así como a esos oficiales que en su momento aportaron de corazón su grano de arena, para hacer realidad su sueño y en especial a sus hermanos aeronavales, quienes día a día trabajan dando lo mejor de sí para cumplir con la delicada tarea de mantener la operatividad de las aeronaves y poder decir: “MISIÓN CUMPLIDA”.

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