Hubo dos intentos fallidos para matar a Messina
Al menos dos intentos de asesinato del jurista y delegado del PRD Juan Ramón Messina habían planificado gatilleros de San Miguelito antes del homicidio
Al menos dos intentos de asesinato del jurista y delegado del PRD Juan Ramón Messina habían planificado gatilleros de San Miguelito antes del homicidio perpetrado el 23 de septiembre pasado en el restaurante Donde Renato, en Paraíso.
Según los informes de inteligencia, se sospecha que la orden para liquidar al abogado pudo ser expedida por dos “cocotes” o “duros” que guardan prisión, pero que tienen toda una estructura intacta fuera de las cárceles.
El primer intento de asesinato se pretendía ejecutar el 21 de enero de 2013 a eso de las 9:00 p.m. en el restaurante Flamas de Brisas del Golf. A esa hora, Messina estaba en una reunión política de la campaña de su esposa, Kathy Ramos, junto varias personas; un gatillero lo mantenía vigilado, pero un auto robado que debía ser utilizado para escapar tras el crimen no llegó a tiempo.
Fuentes ligadas a las investigaciones alegan que en el bajo mundo se comentaba que Messina ese día estaba “regalado” (vulnerable) para mandarle un “misil” (disparo).
Otro intento se produjo el 8 de agosto de 2013 en la sede del PRD. Se iba a aprovechar que había una especie de Carnaval en las afueras de la sede del colectivo. Los “chacales” reclamaban una moto para disparar cuando Messina fuera a abordar su auto y huir luego. El apoyo para la empresa criminal no llegó nuevamente.
El 23 de septiembre no fallaron. Ese día llegaron a Donde Renato dos matones: uno de tez trigueña vestido con suéter negro y pantalón corto hace un gesto como para dispararle en la frente a Messina; pero es otro, de piel blanca que usaba gorra, suéter blanco y jeans, quien sale de un baño y le mete un tiro en la nuca.
Los sujetos escapan y abordan un auto Nissan Sentra B14 con rumbo a la Loma del Cristo.
Para los investigadores, el crimen de Messina pudo ser ejecutado por integrantes de la banda “Calor Calor”, pero los autores intelectuales son gente pesada que guardan prisión. Un posible móvil sería una especie de venganza por el asesinato de otro perredista: Gilberto “Kiki” Pinzón.
En la misma investigación se revelan informes de que se habían ofrecido $80,000 en Colón para eliminar a uno de los sujetos que supuestamente estuvo involucrado en el crimen de Messina.