‘Los locos’ versus el Diálogo

‘Los locos’ versus el Diálogo

‘Los locos’ versus el Diálogo

Por: Jaime Porcell / Investigador y formador político -

No encuentro mejor ejemplo que Martinelli. Éste ejemplifica cómo en política, una razón subalterna solo entra a justificar lo que antes dictó la emoción. En 2004, para los electores, significaba el empresario engreído y explotador. Mereció el 6%.

Para 2009, seguía siendo un millonario no tan engreído. Le endosan otro adjetivo, loco, solo que ahora llegaba al corazón popular por caminar en los “Zapatos del Pueblo”.

Como sustento ideológico del slogan “los locos somos más” entre seguidores CDs, el oficialismo del gigante PRD y la candidata Balbina, en su desesperación no encontraríamos otra que acusarlos de ser “los locos” seguidores a uno que va ganando.

Para ellos, intentaban denigrarlos porque “somos más”. Una exigencia reivindicativa cohesiona a quienes reclaman status superior a un balbinismo que intentaría desvalorarlos.

La victimización coloca a los CDs en idéntica situación de perseguido doliente y sacrificial de “El loco”. Perón conceptualizaba que el pueblo argentino fue esclavizado por el imperialismo. A lo mismo apelarían décadas allende, Torrijos, Chávez, y hoy Maduro.

Aquel slogan incluyó el ingrediente emocional que hace de la política un arte nada fácil. En esos carnavales 2009, medio millar de jovenzuelos saltaban acompasados bajo el cisterna.

Parecían gritarme -los locos somos más a mi. Al equipo de “La chola”, la imagen de mujer de ascendencia pobre, sería neutralizada por aquel “Entran limpios y salen millonarios”.

Otra vez, la victimización demostraba su arte de influir en la decisión política. Entregar un triunfo entre los más holgados del siglo pasado, del 61%, bien mereció un libro de este observador de la acera de enfrente que el entonces Presidente santificó con su desprecio.

La imagen poderosa que escogen PRD y nuestro presidente Cortizo concilia mal con una victimización lastimera. Así, a una semana de inicio, la estrategia comunicacional del Diálogo Bicentenario debería tenernos discutiendo la otra cara: la grandeza de virtudes cívicas, solidaridad, diálogo entre iguales, presentes en momentos críticos del pueblo.

Bien podría conectar con Cortizo y su rol a veces fraterno insistiendo sobre una capacidad de unirse y el sentido de responsabilidad compartida para enfrentar la crisis. Discutimos es de amenazas en “un proceso adverso para negociar” o por qué se excluyó a Frenadeso.

Nada sobre la promoción de una conciencia real de los valores constitutivos del pueblo, por encima de las actitudes indigentes del “pobrecito víctima”.

Contenido Premium: 
0

Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.