Sin rencores ni revanchismos, reconciliemos la Patria
Esta es mi sexta semana de mantener viva esta columna, donde trato de aportar más y criticar menos, de tratar de decir como se puede corregir lo mal hecho, en vez de señalar todo lo malo, que vivimos los panameños día a día.
Viví mi juventud en la calle defendiendo los ideales del civilismo, en la decadencia del proyecto "Revolucionario" Torrijista, nuestra sociedad se dividió en dos, familias enteras se peleaban entre sí, fueron días muy difíciles, pero llegado el momento, esta patria bella, encontró la forma de pasar la página, sin olvidar, sin dejar de juzgar, pero sí perdonando y sin revanchismos construyendo el Panamá de hoy, y fue así como los leales a ese proceso retomaron el poder en el 2014. Hoy vivimos momentos quizás más difíciles, producto de la enfermiza obsesión por perseguir a quienes en un momento dado fueron aliados, pero que ahora sirven de carbón para atizar el fuego del divisionismo.
Estamos sumidos en una crisis financiera sin precedentes post invasión, una justicia carcomida por la corrupción, un ejecutivo equivocando el rol de estadista por el rol de justiciero y una sociedad dividida entre la pobreza y la opulencia, si no hacemos algo, curamos heridas y pasamos la página, veremos días más sombríos y difíciles por venir.
Los panameños no nos merecemos esto y no confundan no digo perdonar por perdonar, el que cometió algún perjuicio a la Nación que pague por sus pecados, pero en un sistema justo, no es correcto destruir a la clase política por pensar que así se podrán mantener algún tiempo más en el poder.
Debemos tomar el rumbo de la sensatez, dejar de sembrar miedos y odios, al final somos todos panameños, miembros de una sociedad pequeña, donde hoy se producen heridas, quizás irreparables en el tiempo, si no corregimos el camino.
Habrá que pagar un precio, pero la transición es imperiosa, sí, la transición hacia una sociedad justa, con sueños en común, donde el norte sea la patria. Hay veces que en las luchas hay que saber retroceder a tiempo y la hora de retroceder llegó, Panamá no merece más divisiones, Panamá merece avanzar, crecer y seguir creciendo.
Hoy es imperioso, además, que la clase obrera y la empresarial se unan por un proyecto país, donde los políticos sean servidores públicos y no piensen ser los dueños de la verdad, hoy todos debemos perdonar, los perseguidores a sus víctimas y los perseguidos a sus victimarios, si suena difícil, lo digo YO que viví y vivo el terror judicial, que sufrí la soledad de la celda, sin haber cometido delito alguno, solo el de ser amigo del presidente Ricardo Martinelli, pero estoy dispuesto a pasar la página, sí, la página por el bien común, claro los que cometieron desmanes en la administración pasada y los que hoy cometen iguales o peores desmanes paguen, pero paguen en un sistema de justicia correcto.
Sin rencores, ni revanchismo, reconciliemos la patria, volvamos a los caminos del progreso, volvamos al cambio.