Sistema mixto con pensiones de hambre y el solidario al borde la quiebra
El economista Felipe Argote sostiene que el informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) revela que los que cotizan al sistema mixto de pensiones de la Caja de Seguro Social (CSS), al retirarse, recibirán apenas el 10% de su salario versus el 60% que le corresponde hoy a los del llamado sistema solidario.
Argote aclaró que inicialmente estimaba que el pago del sistema mixto sería el equivalente al 20% del salario, pero la OIT lo corrigió. Las cuentas individuales para jubilarse no son sustentables, porque nadie se puede retirar con 10% del salario, por tanto, se quedarán trabajando hasta morir y los jóvenes no tendrán trabajo, sostuvo.
El informe destaca que en el año 2010 los cotizantes activos al sistema mixtos totalizaron 198 mil personas, mientras que hacia 2019 alcanzaron las 556 mil. En el año 2020, con la pandemia COVID-19, el total de cotizantes se redujo a 487 mil personas, una caída del 12.5%.
El sistema acumuló activos por $3,339 millones en 2019 y $3,867.2 millones en 2020, pero además se observa que el indicador de carga demográfica es muy bajo al comienzo, con 349 activos por cada pensionado en el año 2020. No obstante, tenderá a cerca de 3 activos por pensionado en el año 2060 y a 1.4 activos por pensionado en 2095.
La OIT advierte que los aportes contributivos a ese sistema no alcanzarán a cubrir los Gastos de Pensiones contributivas, es decir, que un lapso de 30 años comenzará a exhibir un déficit de operación corriente (aportes menos gastos por prestaciones), momento a partir del cual comenzarán a utilizarse los intereses y las reservas.
Pero la OIT, el Sistema Mixto, también enfrentará a partir de la década de 2050 problemas, porque los ingresos por aportes contributivos no serán suficientes para cubrir las prestaciones contributivas.
Respecto al Subsistema Exclusivo de Beneficio Definido (SEBD) conocido como solidario, la OIT advierte que las reservas para pagar las jubilaciones alcanzan un "valor nulo" tan pronto como en el 2024.
El documento, de 182 páginas reconocer que en ningún momento de la proyección, los ingresos totales del programa de Invalidez, Vejez, Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social (CSS), alcanzarán para cubrir los gastos totale de las pensiones, pero el peor resultado operativo se alcanza en el año 2050 cuando la diferencia alcance los $7,500 millones.
La OIT explica que los ingresos totales del SEBD alcanzaron $1,609 millones en 2019 y $1,401 millones en 2020. Los gastos totales del SEBD fueron $1,859 millones en 2019 y $1,919 millones en 2020, generando un déficit de $249.9 millones y $517.5 millones, respectivamente, que debieron ser cubiertos con los fondos de la reserva.
El documento detalla que en la actualidad la esperanza de vida para las mujeres es de 81.7 años y la de los hombres 75.8 años. Para el 2050 sube a 86 las mujeres y 80 los hombres.
Además se advierte un descenso en la fecundidad de 2.3 por mujer en el 2020 a 1.9 para el año 2050. La población estimada en el 2050 será de 5.6 millones, con una baja del crecimiento anual de 0.5%. Tendremos una población envejecida, que en el año 2050 el 17.8% será mayor de 65 años.
El Subsistema Exclusivo de Beneficio Definido (SEBD) en el año 2060 ya no tendrá cotizantes activos y solo tendrá únicamente personas pensionadas y los últimos beneficiarios van a recibir pensión hasta en la década de 2090.
La reducción progresiva de los cotizantes activos, y, por tanto, de los ingresos, el agotamiento en el 2024 de la reserva total del SEBD y el incremento acelerado esperado en la cantidad de nuevas pensiones, creará una fuerte presión en el financiamiento del creciente gasto del Subsistema. El déficit operativo anual alcanzará un tope máximo anual en 2050, cercano a los $7,500 millones.
Ante eso, el Estado deberá identificar nuevas fuentes de financiamiento para cubrir el déficit creciente. Como referencia, el valor anual adicional que el Estado deberá financiar alcanzará el 2.4% del PIB en 2030, 3.2% en 2040, 2.7% en 2050, 1.3% en 2060, 0.4% en 2070, y tenderá a cero del 2080 en adelante.
Hay que tomar en cuenta que el Subsistema requerirá financiamiento estatal hasta su total extinción, que sólo ocurrirá aproximadamente en la década de 2090. Estos valores anuales representan el “costo de transición” del Subsistema, cuyo financiamiento no está previsto. El desafío fiscal asociado es de gran magnitud y requiere intervenciones urgentes de corto plazo, y soluciones duraderas y contundentes para el largo plazo.
La OIT concluye en una conclusión fundamental: las difíciles condiciones de financiamiento del SEBD crearían una presión fiscal que condiciona la sostenibilidad del sistema panameño de pensiones en su conjunto. Las reformas implementadas que apunten a garantizar la sostenibilidad de las pensiones del SEBD deberán contemplar una solución integral para el sistema en su conjunto.