Al descubierto el sainete político
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La retractación del supuesto testigo en la causa contra Gustavo Pérez y Alejandro Garuz revela no solo que ese proceso estuvo amañado desde el principio para hacerles daño a ambos funcionarios del gobierno de Ricardo Martinelli, sino que también comprueba que la causa seguida a Martinelli en la Corte Suprema de Justicia es un vil sainete, montado con el fin de destruirlo política y personalmente.
Al margen de esta realidad incuestionable, salta a la vista un hecho de igual gravedad y trascendencia y es la existencia de lo que pudiera calificarse fácilmente como una “mafia política” que a los más altos niveles de la administración pública y de justicia les fabrica casos a quienes no gocen de sus simpatías, con el evidente ánimo de destruirlos.
Lo cierto es que con esta retractación de Agrazal los que quedan mal son aquellos ciegos que no ven que detrás del aparataje judicial lo que hay es un instrumento de persecución en la que la justicia se ha convertido en fiel cancerbera del poder.
Si existe un ánimo de dar justicia a quien la pide, debe compulsarse copia de la retractación de Agrazal al magistrado de garantías Jerónimo Mejía, toda vez que esa declaración derrumba en su totalidad el escrito de acusación del magistrado fiscal Harry Díaz contra Martinelli.
Debe terminar ya la vulgar utilización y manipulación de testigos y pruebas para manipular procesos con objetivos políticos.