Anticuado
Por: Milcíades Ortiz Catedrático -
Varias veces en mi vida y por diferentes circunstancias me han dicho que soy anticuado. Una vez, una docente universitaria de Centroamérica me sugirió que tenía que comprender a los jóvenes de ahora. Contesté que comprendía muchas de sus acciones, pero no podía aceptar que varios fueran alumnos vagos y sinvergüenzas. No importa si son de esta época o del siglo pasado. Muchas personas que tenemos edad y otras que son jóvenes, no creen en la destrucción de valores cívicos y morales. No se trata de aceptar que las jóvenes de hoy puedan mostrar el ombligo, o decir palabras sucias. O conocer razones sociológicas que expliquen por qué miles de chiquillas panameñas quedan embarazadas sin matrimonio.
Menos acepto la cobarde actitud de “pisa y corre” de jóvenes y adultos que se niegan a mantener a sus hijos. Vengo de una generación donde se respetaba a los padres, quienes nos llamaban la atención con solo mirarnos. Si nuestra falta era mayor, papá y mamá tenían todo el derecho de pegarnos con lo que sea, desde un manotón hasta con el rejo de cuero llamado “tío Moreno, que quita lo malo y pone lo bueno”. (Advierto que estoy en contra del maltrato infantil, para que no piensen mal). Sin querer que me acusen de ir contra la libertad de expresión, señalo que me es difícil aceptar por anticuado, que “las camas se han convertido en la farándula de hoy”.
Mis viejos valores les cuestan aceptar que en medios de comunicación masiva se “asoleen” situaciones y cosas íntimas. ¿Qué se ha hecho del pudor, de la vergüenza, el respeto por las relaciones íntimas de las parejas? Pienso como ciudadano veterano que es lamentable para la salud de la sociedad panameña, que existan personas de cualquier edad, que disfruten conociendo estas intimidades ajenas, de gente que ni conocemos. Algunas redes sociales ahora se han convertido en “cloacas” de mensajes que van contra los valores cívicos, morales y familiares.
Como periodista y sociólogo sé que los medios de comunicación no tienen la culpa, sino quien los utiliza mal. ¿Cuál será el futuro de este país con algunas personas que disfrutan de los antivalores? Este anticuado panameño piensa que muchos “pierden la belleza de arriba por estar viendo las miserias de abajo”.