Aprendices

Por: Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

“No todos los panameños deben ser licenciados”, señalaba una señora molesta porque no encontraba un plomero que arreglara un daño en su casa. Un caballero criticaba que muchos jóvenes están actualmente sin empleos, a pesar de que faltan torneros y ebanistas. “Lo que pasa es que no quieren trabajar en oficios que socialmente los consideran inferiores”, explicaba. Cansado de buscar artículos de cuero para su uso personal y arreos de sus caballos, el finquero afirmaba que hacen falta talabarteros en el país. Muchas quejas se escuchan a cada rato por la falta de técnicos y artesanos en Panamá. Sociológicamente, se debe a que se han endiosado los títulos universitarios en un país que necesita trabajadores de todos los niveles para su desarrollo. Después hay molestias cuando empresas traen empleados extranjeros porque no hay panameños capacitados para ciertos oficios.

Desde hace años funciona una institución para formar a panameños en distintos oficios, pero su labor puede mejorar. Nos referimos a poner en práctica el sistema de “aprendices”, que permitió educar antiguamente a muchas personas en varios oficios sin tener que asistir a un aula. Consiste en capacitar a las personas en los talleres y sitios donde funcionan pequeñas empresas, especialmente en poblados lejanos. El experimentado artesano enseñaría su oficio durante semanas a jóvenes y adultos que quieren mejorar su nivel de vida, sin tener que ir a centros educativos que, por lo general, están lejos de donde ellos viven. Habría que seleccionar a los maestros artesanos y técnicos que tengan la capacidad y el deseo de enseñar a otros su oficio. Ellos recibirían una suma de dinero por esto y tendrían la supervisión que garantice la buena formación del aprendiz.

Para comprobar el éxito se haría un plan piloto. Entre los oficios que conocerían los aprendices están talabartería, tornería, ebanistería, soldadura, arreglo de llantas, herrería, guardabosques, administrador de fincas, pintura de viviendas, reparación de techos, limpieza y encerado de autos, y otros más. Con buena disposición de Educación y el Inadeh, no sería difícil iniciar este proyecto en poco tiempo. (Después de la Segunda Guerra Mundial, varios países europeos se desarrollaron con la participación de artesanos y aprendices).

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