Armas químicas
Desde hace más de una década, Panamá viene denunciando el hallazgo de explosivos químicos en la Isla San José, una de ellas de 500 libras y otras de 1,000. La isla San José sirvió en el año 1940 como Sitio de Defensa y luego fue convertido en un paraíso turístico, que sin duda es afectado por el descubrimiento de las armas químicas.
Los tratados Torrijos-Carter suscritos el 7 de septiembre de 1977 comprometía a los norteamericanos a sanear todas las zonas utilizadas por el Comando Sur que estuviesen contaminadas como campos de tiro, áreas de bombardeo o puntos de impacto.
Las bombas en San José son un riesgo inminente a la vida, salud y seguridad humana, la fauna y al medio natural en términos generales. En el 2001, Panamá pidió la colaboración de la ONU para resolver la controversia existente con los Estados Unidos, sobre la existencia de 105 mil artefactos explosivos y municiones no detonadas. En aquella ocasión se pidió elevar el tema -que negociaban bilateralmente Estados Unidos y Panamá- al conocimiento del Consejo de Seguridad de la ONU.
El Departamento de Defensa en principio negó la existencia de armas químicas sin detonar, pero las fotografías mostradas por Panamá en ese entonces, revelan todo lo contrario.
Se trata de un tema recurrente y Estados Unidos debe cumplir una labor que a ellos les corresponde. A la presente generación le toca liderar una nueva lucha: lograr que Estados Unidos descontamine las áreas que utilizaron sus soldados. Washington debe entender que es de justicia y su deber cumplir con ese compromiso.