Arroz con pollo o con guandú
El arroz con pollo es uno de los reyes de la comida panameña. Acá en Penonomé, si aparece en el menú del restaurante Dos Continentes te costará
El arroz con pollo es uno de los reyes de la comida panameña. Acá en Penonomé, si aparece en el menú del restaurante Dos Continentes te costará $5.50 un buen plato; en la capital, hasta donde yo sé, es algo parecido, pero si lo encargas a cualquier cocinero para una fiestecita de 50 personas, te costará $3.50 el plato. Ahora sabemos de personas que se dedican a cocinar y si usted los contrata le cobrarán $75.00 poniendo usted todo, es decir, la cocina, el gas, el arroz, el pollo más los condimentos requeridos.
El arroz con guandú es otra cosa maravillosa de nuestra comida, sobre todo cuando dejan que forme "concolón". A raíz del comentario que hicimos la semana pasada titulado "Salvan parcela de guandú", varios correos han aparecido en nuestro gmail, indicando los cuidados que hay que tener con los palos de este grano tan solicitado todo el año, más cuando se trata de las fiestas decembrinas.
Una de las lectoras de Crítica que más me impresionó fue la señora Ana, del corregimiento El Pajonal, quien me dejó un papelito indicándome que publicara que para obtener una buena cosecha de guandú se requiere de una sola cosa: se debe sembrar el día de la Cruz o en San Isidro Labrador, ambos eventos a comienzos del mes de mayo, que de hacerlo no habrá plagas de insectos ni de conjuntos de hongos que arruinen el crecimiento de los arbustos, de manera que en noviembre y diciembre se estará cosechando el grano.
Otro campesino me dijo que es verdad lo del día de la Cruz, pero a diferencia de la señora Ana del Pajonal, un mes antes de san Isidro Labrador prepara un semillero como Dios manda y luego planta los palitos, lo que da como resultado total seguridad de que en diciembre se comerá arroz con guandú en su casa y que habrá platita con la venta de la cosecha, ya sea del oloroso, del negrito o del normal. Me comunicó entre otras cosas, que el guandú normal lo prefiere seco para guisarlo como si fuera un humeante plato de lentejas del R. Smith.