Belleza

Por: Milcíades Ortiz Catedrático -

Era el rey de un pequeño país africano. Grande, gordo, de piel oscura y tenía varias esposas igual a él. Unos norteamericanos expertos en comunicación promovían un famoso concurso de la Miss… A uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de llevar a la Miss… a remotos lugares del África, para que conocieran su belleza. Además conseguirían fotos de contraste, entre ese desconocido lugar y la hermosa reina de belleza. Al rey le mostraron a la Miss… y al ser entrevistado para la televisión, le preguntaron que si le gustaba. Movió la cabeza y dijo que no. ¡Sorpresa! Los gringos no podían aceptar lo dicho por el rey.

El periodista le pidió al rey que dijera por qué no le gustaba la mujer más hermosa del mundo. Torciendo la boca su majestad explicó que la Miss… parecía enferma, porque su color era amarillento. Señaló que no aguantaría el fuerte sol africano. Agregó que la veía debilucha, ya que estaba flaca. Indicó que no tenía las caderas grandes para parir sus hijos. Tampoco podría alimentar a los bebés porque sus senos eran chicos. Finalmente comentó: lo más seguro que no sabe cocinar…

Recordé este hecho que ocurrió muchos años atrás, al enterarme del escándalo que algunos han formado sobre una guapa mujer panameña de origen indígena. Como sociólogo de la Comunicación, comprendo que a veces hechos pequeños causan revuelo en sectores del país. Puede ser un mecanismo de distracción, ante delicadas situaciones sociopolíticas del momento. O una expresión popular de rechazo al clima politiquero que afecta al país en estos momentos. Desde hace cuarenta años mis alumnos universitarios de Sociología hicieron investigaciones que confirmaron la discriminación en Panamá.

Una pregunta clave era: “¿Se casaría Ud. con una persona indígena, negra o china?”. Siempre los resultados eran iguales: En primer lugar, se aceptaban más a los negros. En segundo lugar a los chinos y en último a los indígenas. La belleza es algo relativo. Los EE.UU. han exportado a la belleza tipo “muñeca Barbie”. Por años en el mundo muchos aceptaron que las mujeres bellas, tenían que ser blancas, de ojos claros, cabellos rubios, delgadas y con poco busto y cadera.

¡No nos engañemos! La belleza que realmente importa en los seres humanos, no es la del cuerpo… sino la del alma.

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