CREENCIAS

Sostienen algunos expertos que los hombres necesitan la religión para tener una explicación de aspectos fundamentales como qué somos y para qué estamos en este mundo. Por más que la ciencia trate de explicar esto, sus teorías no satisfacen a muchos. Por eso, millones de seres humanos miran hacia el cielo buscando un Ser Supremo, responsable de lo que somos y seremos. Esto ha sucedido desde los remotos tiempos del origen del hombre. Muchos consideran que fue una evolución de ciertos animales que desarrollaron su cerebro para adaptarse a su medioambiente.

Otros aceptan que un Ser Supremo creó todo lo que hay en el mundo. Existen diferentes creencias sobre esta situación, que se repiten a través de miles de años en distintas partes del planeta. En culturas indígenas y asiáticas milenarias se encuentran versiones sobre cómo surgió el ser humano, que no pueden ser probadas por las ciencias actuales. Todos tenemos derecho a creer en cualquiera de estas explicaciones religiosas. Por desgracia diversos enfoques religiosos han causado y causan conflictos, algunos de ellos sangrientos. Todavía hoy cantidad de personas mueren a cada momento por luchas ocasionadas por la religión, al buscar imponer unas ideas sobre las otras...

También existen personas que consideran que el Ser Supremo es uno solo, aunque se le llame de distintas formas. Por eso no se justifican las persecuciones religiosas y violencias en su nombre. Se dice que el hombre por su inteligencia es un ser superior. Al ver las luchas que existen hoy por razones de religión hace dudar a algunos de que esto sea verdad. ¡Qué hermoso sería vivir en una época en que se respeten todas las ideas religiosas y solamente se busque el bien común! Aquí en Panamá hay libertad de culto y hasta podría decirse que hay tolerancia entre las religiones.

Ojalá este ambiente de respeto a todas las ideas no sea afectado por mezquinos intereses políticos, sociales y económicos que quieren escudarse en la religión para lograr un dominio que pueda afectar la paz social panameña.