Opinión - 21/10/13 - 08:54 PM

Cristo Negro

Una verdadera demostración de fe hubo anoche San Felipe de Portobelo para rendirle tributo al Cristo Negro. Es una devoción de años. Aunque ya no se observa como antaño a los feligreses con su hábito morado, El Nazareno milagroso sigue atrayendo a propios y extraños.

Por: -

Redacción

Una verdadera demostración de fe hubo anoche San Felipe de Portobelo para rendirle tributo al Cristo Negro. Es una devoción de años. Aunque ya no se observa como antaño a los feligreses con su hábito morado, El Nazareno milagroso sigue atrayendo a propios y extraños.

Es una devoción que se remonta al año 1658, cuando la imagen de un Jesús de palo llegó a las playas de Colón, de paso hacia otro país en Suramérica, pero cuando vino el momento de llevar la figura a mar abierto, para reanudar su travesía, una tempestad lo impidió.

Después de muchos fracasos, los españoles encargados de la gestión decidieron dejar la imagen en Portobelo o San Pedro de La Escucha, que era lugar de tránsito entre España y sus colonias.

Coincidentalmente, una epidemia de viruela diezmó a la población que desesperada le pidió un milagro al Jesús de palo. El milagro se dio, y la viruela desapareció. Corría el día 21 de octubre. De eso ya pasaron cerca de 354 años, pero desde entonces la devoción por el Cristo Negro se mantiene.

Anoche fue un momento propicio para orar y pedirle al Cristo Negro que ilumine a todos para ser mejores seres humanos y resolver los problemas que afectan al país, como la huelga médica. La Iglesia parece ser la única instancia que puede sentar en una mesa a las partes y debe entonces jugar su rol y las partes deben asumir una conducta responsable y no pretender jugar ante una situación que atenta contra la salud pública.


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