Cuento es lo que no se quiere
Si van a cocinar cuentos para que la gente coma -el que quiera comer cuento- al menos mejoren el guión, que este desde Pedro Prestán ya lo conocemos.
Por: Ramón H. Benjamín -
Es ridículo pensar que los mismos sectores de colonenses organizados que han venido defendiendo la Casa Wilcox como patrimonio cultural de la provincia y el país, contra las intenciones del gobierno de derrumbarla en lugar de restaurarla y conservarla, hayan enloquecido y decidido incendiarla la noche en que inicia la legítima protesta -como la de 2012 contra la venta de los terrenos de la ZLC- por su derecho a la ciudad para lxs colonensxs e inversiones en servicios públicos como agua y educación.
¿Para qué sirvieron entonces el montón de policías trasladados a Colón en los últimos días?
¿A quién conviene que el patrimonio de todos se incendie para (1) tener excusa de derrumbar y (2) tener excusa para reprimir?
Renuncio, antes de que se concrete el hecho, la intención de criminalizar la protesta y sus dirigentes, y montar -nuevamente- la persecución judicial en su contra.
Criminales son los que usan estas viejas tácticas criminales, los que saben dónde están los delincuentes y en vez de buscarlos, los emplean para generar estos hechos.
Si van a cocinar cuentos para que la gente coma -el que quiera comer cuento- al menos mejoren el guión, que este desde Pedro Prestán ya lo conocemos.