De acusados a acusadores
En las últimas semanas se han dado situaciones de imputados por delitos o personajes captados haciendo ofertas sobre situaciones que constituyen delitos, que intentan desviar la mirada de la.....
En las últimas semanas se han dado situaciones de imputados por delitos o personajes captados haciendo ofertas sobre situaciones que constituyen delitos, que intentan desviar la mirada de la opinión pública tratando de enlodar la reputación de los funcionarios encargados de una u otra forma de investigarlos.
Se trata de la vieja práctica o táctica de que la mejor defensa es el ataque que por años han utilizado abogados de sujetos investigados y hasta los propios involucrados. Eso es entendible. Una persona en serios aprietos legales y con el peligro de pasar muchos años en prisión, es capaz de vender hasta su alma y negar lo obvio.
Lo cuestionable es que se pretenda aprovechar la ventana que ofrecen los medios para que la sociedad se trague el cuento entero y sin mayor cuestionamiento, de alguien que enfrenta un proceso judicial por la comisión de un delito.
No puede ser que se destruya la imagen de funcionarios, cuya trayectoria no indica conductas impropias en el ejercicio de sus cargos, para creerle a un imputado. Hay que poner las cosas en su justa dimensión. Para nosotros tiene mayor credibilidad un servidor intachable, que un investigado que puede ofrecer versiones diferentes de un hecho, para salvar el pellejo.
Panamá es un país tan pequeño que todos nos conocemos. Aquí se sabe quién anda por el camino recto y quién por senderos torcidos. El daño a reputaciones que se viene ensayando, puede incomodar un rato, pero al final la verdad prevalece.