Día del Maestro
Al conmemorar hoy el Día del Maestro, es ocasión para darle reconocimiento a la noble y esforzada tarea magisterial que algunos realizan por profesión, ocasión o vocación, para forjar y moldear a las nuevas y futuras generaciones.
Los esforzados docentes panameños inculcan valores y hábitos a los estudiantes para que sirvan al propósito de enfrentar la vida con decencia y dignidad, incentivando la sana lectura y la actividad investigativa que nutre el intelecto.
Panamá se elevó a la condición de república en el quehacer de recios maestros que dieron sello y rumbo a la naciente entidad, al comprender que nuestros atrasos sociales, nuestras dolencias comunes asentaban en la falta de luces de los habitantes.
El Magisterio Panameño, unido en la palabra gremial patriótica y la solidez del deber cumplido, llenó páginas históricas; una digna exponente de sus filas alcanzó la condición de legisladora para la renovación constitucional de 1946, mientras otras en el quehacer cívico femenino difundieron modernidades sociales y avalaron luchas por la defensa de los derechos humanos y sociales.
Grande la responsabilidad que recae en manos de los docentes, que ojalá cumplan con empeño y dignidad.
El papel forjador los hace nobles, meritorios y dignos del reconocimiento colectivo.