Difamación
Si hay un país donde se difama es Panamá. Es más, se rinde culto todos los días debido a que es prácticamente una profesión que
Si hay un país donde se difama es Panamá. Es más, se rinde culto todos los días debido a que es prácticamente una profesión que abre puertas sobre todo en los medios de comunicación social.
Pero pareciera que hay quienes confunden esta palabra con conocer la verdad, que es lo que faltaba en las elecciones en las que se disputaban el poder el bipartidismo, y no importa quién ganara, porque la colocación de los factores no afecta el producto.
Lo malo de preocuparse por la forma y no por el fondo es que no hay la oportunidad de que en medio del debate electoral se pueda conocer la historia de los candidatos y qué han hecho ellos en su trayectoria política y privada.
La forma como se está manejando el tema de la libertad de expresión es interesante porque el ente oficial electoral y la entidad que debe propiciar el mensaje moral tampoco lo hace, dejándonos una campaña publicitaria simplista y con poco mensaje de futuro.
Este manejo de incrementar el analfabetismo funcional nos lleva a tal grado de abuso, que se dice que la Autoridad del Canal de Panamá posiblemente contratará a una publicitaria extranjera para mejorar la imagen, cuando el tema que pedimos los panameños es la transparencia en la administración y en el tema de la ampliación.
Con la excepción del oficialista José Domingo Arias, que presenta un programa sustentado en cifras, quienes son los que andan más apurados en ver qué le dicen son los de la oposición, quienes están muy preocupados del que dirán de ellos.
Gracias a esta Asamblea de Diputados se pudo romper ataduras que privaban de escoger y no de ir a una urna a votar, cuando reformaron el Código Electoral, que hoy permite un voto, un diputado, y la oportunidad que dan las candidaturas independientes.
Sin embargo, los entes públicos y religiosos que favorecen las limitaciones de la información no pueden evitar que el instinto popular busca la mejor opción de cuya base en esta elección ha sido la prosperidad en que estamos viviendo los ciudadanos.
Países como Brasil, Uruguay, donde predomina la izquierda, ha habido continuación de más cambios, porque nadie se arriesga a darles la espalda a los gobiernos que dejaron la retórica y que se cimientan sobre sus obras.