Dios es panameño
A través de la historia patria hemos escuchado frases como “Dios es panameño” o que “Panamá es tierra bendecida”, todo ello ha de ser cierto en la medida en que el Istmo no ha sido golpeado por el puño terrible de la naturaleza, salvo, las crecidas e inundaciones cada año.
Pero la pregunta obligada ante la tragedia que hoy vive el hermano pueblo de Chile, maltratado por un megaterremoto, es ¿estamos preparados los panameños, para hacerle frente a una contingencia similar?, lastimosamente la respuesta es no.
No debemos esperar a que la naturaleza despierte enojada con el Istmo y nos tome desprevenidos, se hace necesario que nuestro organismo de protección civil desarrolle una compaña permanente para orientar a la población sobre los pasos que debemos seguir en caso de desastres.
Por gracia divina la alerta de tsunami que incluía tres poblados panameños se dejó sin efecto. ¿Pero qué habrían hecho las autoridades y la población en un caso real?
Preocupa que se produzca una situación de emergencia en horas de la madrugada y no exista un mecanismo de alerta masivo para comunicar a la población que viene el lobo.
Hay que dotar a nuestro sistema de protección civil, de personal, equipos y entrenamiento necesarios para estar preparados ante sismos y tsunamis, inundaciones e incendios y tenemos que educar a la población en la conciencia de que si bien no ha pasado aún, nuestro país no está libre de la furia de la naturaleza, aunque sea verdad eso de que “Dios es panameño”.