Dirigentes

Por: Milcíades Ortiz/Catedrático -

Por años en colegios secundarios les ponían a los estudiantes un ejercicio curioso: la pregunta era ¿Qué haría Ud. si fuera presidente? Los jóvenes llenos de entusiasmo señalaban numerosas actividades que harían a favor del pueblo panameño. Por eso en la politiquería criolla se hablaba de que aquí todo el mundo quiere ser presidente. Realmente para ocupar el principal puesto público solo se necesita haber nacido en Panamá, tener más de 35 años y no haber sido condenado por delitos. Y por supuesto… ser dirigente. Aunque algunos no lo quieran aceptar, en estos momentos lo que falta en Panamá son dirigentes. El asunto no es dirigir mal que bien un partido político. Me refiero a personas cuya imagen directiva se extienda a todo el país. Tras un año del nuevo gobierno, la mayoría de los partidos sufren crisis interna. Se resalta que no hay quién dirija pensando en el pueblo y no en grupos de personas. Si se hiciera hoy una elección sería difícil contar con dirigentes con influencia nacional. Después de 25 años de Democracia, varios partidos políticos siguen manejados por personas antiguas. No se nota el surgimiento de jóvenes dirigentes que en un futuro manejen los destinos del país. Nadie está en contra de la experiencia ”de la vieja guardia”, pero hay que adaptarse a los nuevos tiempos. La pugna entre jóvenes y viejos es la causante de que ciertos partidos políticos no puedan funcionar de manera unida. El último espectáculo lo vemos con el PRD. Los verdaderos partidos políticos en todo el mundo tienen las llamadas escuelas de formación de dirigentes. De esa manera pueden adecuarse a los nuevos tiempos y seguir captando el apoyo popular. La situación puede resumirse en una frase sencilla: renovarse o morir. Hay que resaltar que esos nuevos dirigentes deben tener en claro que de llegar al poder automáticamente dejan de ser de un partido. Se deberán a todo el pueblo. Tampoco esto es fácil. Los presidentes que hemos tenido “barren para adentro”. Por esto el pueblo panameño no ha respaldado el continuismo de un partido en dos periodos electorales. Ha dado lugar a la llamada teoría del péndulo: el pueblo elige a la oposición por mejor gobierno que haya hecho determinado partido. ¿Será por aquello que todo el mundo tiene derecho a estar en la papa?


Para comentar debes registrarte y completar los datos generales.